Mortandad de abejas en Región del Bío Bío

Septiembre 2, 2013

Desde hace un año los apicultores chilenos vienen denunciando la muerte progresiva de abejas, pero este año las alarmas se encendieron en Los Ángeles, Quillón y Liucura Alto en la Región del Bío Bío. Desde mayo denuncian el hecho para que recién casi a fines de agosto un par de diputados soliciten al Ministerio de Agricultura su intervención debido a las perdidas de hasta un 90% de sus abejas de pequeños productores.

Desde el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG , señalaron en la oportunidad que a principios de octubre van comenzara a realizar estudios para determinar la causa. La velocidad de reacción no es su fuerte y no se trata de un detalle menor. Justamente cuando los apicultores chilenos denunciaban la mortandad de abejas, la Unión Europea resolvía prohibir por 2 años el uso de insecticidas con “neonicotinoides”  por la acción que ejercen en el sistema nervioso central de abejas y que estaría en el origen de la masiva muerte del insecto.

El efecto de los insecticidas dura 45 días, con lo cual evidentemente no encontrarán rastro de él cuando vayan buscar. De allí la crítica de fondo que realiza el Presidente de los Apicultores de Quillón, Juan Carlos Abarzúa, “demuestra el poco interés que hay en esto”.

Afirma que el organismo tiene las atribuciones para tomar medidas y prohibir, al menos temporalmente estos productos, pero actúa en forma reactiva. Olvida que se afecta no solo a los apicultores, pues las abejas polinizan cerca del 70% de los cultivos de los que depende nuestra alimentación.

Desde la Red de Acción en Plaguicidas, RAP-Chile, se denuncian los nombres comerciales de los insecticidas, aún legales en Chile: Poncho (clotianidina), Gaucho (imidacloprid), de Bayer y Syngenta. Y destacan los otros factores que afectan la vida de la abeja, el uso de agrotóxicos en la actividad forestal de la zona, los alimentos que se suministra a las abejas que contiene maíz transgénico y el efecto de los cultivos transgénicos.

La magnitud de las pérdidas (cerca de 1000 cajones de abejas) y la disputa de los apicultores con el SAG, que atribuye la muerte de abejas a la varroa y desconoce la introducción de una mosca para matar la polilla del pino en la industria forestal (que además estaría matando a los conejos silvestres) es parte de lo que documenta RAP-Chile.