La presión por la gran cantidad de alimentos que se pierden y generan gran cantidad de residuos, ha llevado a los principales representantes del rubro en Reino Unido a transparentar los números de su gestión. Ambientalistas acusan al marketing de las ofertas, que inducen a un sobre consumo innecesario.
El gran desperdicio de comida en el mundo, dado que aún hay gente que pasa hambre, es un tema a resolver. Cifras de la FAO dicen que ascienden a mil trecientos millones de toneladas al año. En un intento por reducir en parte esas cifras, los supermercados mayoristas en Reino Unido se comprometieron a revelar la cantidad de alimentos que desechan a partir de 2015.
A fines de 2013 Tesco, una de las grandes cadenas británicas, destapó la polémica al reconocer que generaron 28.500 toneladas de residuos en los primeros seis meses del año, entre tiendas, cadenas de suministros y distribución. Sin embargo, las mayores pérdidas se producen en el campo y luego tras llegar a los hogares. Dos tercios de las ensaladas en bolsas se pierden, la mitad de los productos de panadería y un 40% de las manzanas, de acuerdo al Programa de Acción de Residuos y Recursos (Wrap).
En Reino Unido se producen unas 15 millones de toneladas de basura cada año. Sin duda los supermercados algo tienen que ver en ello, sobre todo por ofertas que tientan al consumidor por sus bajos precios, pero que, finalmente, se pierden. Se compra más de lo que se necesita, sólo por la oferta. Por ello los ecologistas demandan que cesen de usar estas herramientas de marketing. En ese sentido, Tesco se comprometió a reducirlas y al mismo tiempo entregar bolsas de cierre hermético para conservar los alimentos más tiempos en el refrigerador.
Hoy, otros tres grandes supermercados ingleses dieron el paso y comenzarán a entregar los datos de su gestión de residuos a partir de 2015: Asda, Sainsbury y Morrison. Además se sumaron las tiendas Marks & Spencer, Waistrose y la Co-op. Entre los compromisos adquiridos por la industria alimentaria también figuran reducir sus emisiones de carbono en un 25% para 2020, en relación a los niveles de 2005.
Y es que la basura también genera gases efecto invernadero: 3.3 mil millones de toneladas al año. En dinero, 750 mil millones de dólares a la basura.
Los activistas señalan que los desperdicios de alimentos han crecido por la forma en que los supermercados impulsan el consumo. Critican también el enfoque del gobierno en torno al manejo de la basura –por ahora muy centrado en un proyecto para gravar con impuesto las bolsas plásticas- y no en temas sustantivos, como el ciclo de vida de los alimentos y en cómo crear un circulo virtuoso que permite reutilizar lo que está en buen estado y de paso, reducir los residuos.
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