Ya para nadie es noticia que los hielos del Ártico van de baja. Ver la pérdida de éstos en una gráfica de la agencia norteamericana de Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, NOAA, es impactante.
Desde 1988 el hielo marino del polo es cada vez más joven y eso no es bueno. Los hielos ‘viejos’ son gruesos y se funden con menos facilidad que los más delgados, ‘jóvenes’. Ese año el 26% del hielo era de unos cuatro años de edad (viejo), en 2005 era el 19% y a fines de 2013 el hielo de esa edad sólo llegaba al 7%.
Las zonas blancas de las gráficas muestran el hielo más antiguo al final del invierno ártico, que se ha reducido visiblemente en las últimas tres décadas; el azul oscuro, el primer año de hielo que ha sobrevivido al deshielo estival.
La pérdida del hielo grueso debido al cambio climático se ve empeorada por las corrientes cálidas durante las temporadas de deshielo del verano. Hoy en día, dicen los reportes, un manto de hielo todavía se forma sobre el Ártico cada invierno, pero es un manto delgado, que se funde rápido cuando llega el verano.