Greenpeace pide cierre de las centrales nucleares antiguas

Activistas realizaron manifestaciones en seis países de Europa ante la estrategia que están adoptando las compañías de electricidad de pedir la ampliación de la vida útil de 46 reactores. La medida, junto con el aumento de su potencia de funcionamiento, son factores que pueden tener un importante impacto en la seguridad y “nos dejaría a merced de energía peligrosa y obsoleta, dice la entidad ambientalista.

Las compañías de electricidad están pidiendo la ampliación de la vida útil de 46 reactores nucleares viejos, lo que representa un inminente riesgo. Por ello en seis países europeos unos 240 militantes de Greenpeace se manifestaron ayer demandando el cierre de éstos. Según un estudio de la entidad ambientalista, de 151 reactores operativos en Europa –excluyendo Rusia- 66 tienen más de 30 años, 25 más de 35 años y siete han sobrepasado los 40 años.

A casi tres años del desastre de Fukushima, que frenó los programas de nuevas centrales, en Europa se ve una oleada creciente de estrategias tendientes a evitar una eliminación gradual de la energía nuclear, señala el documento de Greenpeace. A enero de 2014, cuando se redactó, “los reactores nucleares de Europa han alcanzado una edad media de 29 años… muchos están cumpliendo su vida de diseño de entre 30 y 40 años. Las nuevas construcciones no son capaces de reemplazar a todos los que se acercan al final de su vida”, advierten.

Junto con exigir el cierre de aquellos que han sobrepasado su vida de diseño original, pide a los reguladores europeos no autorizar las prórrogas y, a los gobiernos, apostar por un objetivo de energía renovable obligatorio de al menos 45% de aquí a 2030. “La Unión Europea no puede depender de la obsoleta energía nuclear para conseguir las reducciones de emisiones de CO2 necesarias para salvar el clima”, dicen. Para lograrlo es necesario comprometerse a una reducción del 55% de las emisiones y un 40% de eficiencia energética; los tres objetivos son parte de las prioridades demandadas a los nuevos parlamentarios europeos por ONGs ambientalitas.

¿POR QUE NO?

“La ampliación de la vida útil de las centrales nucleares en Europa nos dejaría a merced de una fuente de energía peligrosa y obsoleta durante décadas”, dice Greenpeace.

En el diagnóstico de la ONG, la estrategia de los operadores nucleares europeos, incluyendo a Suiza, Ucrania y Rusia, es intentar ampliar la vida útil de éstos y aumentar su potencia, factores que juntos pueden tener un impacto serio en la seguridad de sus operaciones en todo el continente.

Los procesos que limitan sus vidas tienen que ver con el número de descargas del reactor y el agotamiento del ciclo de carga. El envejecimiento físico de los sistemas, va en paralelo al envejecimiento tecnológico, que permite una implementación limitada de nuevas tecnologías y conceptos de seguridad. Por otra parte, el aumento de la potencia supone mayor producción de vapor y agua de enfriamiento, lo que tensiona los sistemas de intercambio de calor entre equipos nuevos y viejos, introduciendo nuevas causas de fallos potenciales y compromete aún más los márgenes de seguridad.

PROTESTAS

Al norte de España, en Garoña, en las puertas de la central más vieja de ese país, 10 vehículos y una treintena de militantes se manifestaron a favor de su desmantelamiento. Pese a que dejó de funcionar a mediados de 2013, los ecologistas temen que vuelva a ser usada. Su construcción data de 1971.

A la central de Gravelines, al norte de Francia, que cumplirá 40 años en 2020, los activistas lograron entrar y luego fueron desalojados. En el centro-oeste francés, en la central Bugey, otros militantes lograron sacar los letreros del camino hacia ella.

En Bélgica a 80 kms. de Bruselas, más de 50 manifestantes lograron colgar un letrero que rezaba “The End” en la chimenea de uno de los reactores de la central de Tihange.

En el sur de Suecia, otra veintena logró ingresar a la mayor y más antigua central del país, Oskarshamn, para desplegar sobre un reactor un letrero que decía «Llegó la hora de jubilarse».

Desde Suiza la organización recordó que «Tres de los reactores más viejos del planeta están en territorio suizo; con instalaciones tan vetustas, el riesgo de accidente aumenta cada día», señalaron al tiempo que un centenar de sus activistas ingresaba a la central de Beznau, con 45 años en funcionamiento, para pedir su cierre. En Holanda, Borssele, la manifestación incluyó la proyección de una película sobre un accidente nuclear en el techo de una central.
Revisa el video sobre las manifestaciones.