En los próximos meses pasará de ser, quizás, la más desconocida de las Canarias a ser el primer territorio insular en ser abastecido completamente por energía proveniente de viento y agua. Un modelo único que otras islas ya están interesadas en replicar. Así dejarán de emitir 18.700 toneladas de CO2 al año y ahorrarán 40 mil barriles de petróleo.
Comenzará a funcionar en junio y si todo sale según lo proyectado, El Hierro, la más pequeña, occidental y meridional superficie del Archipiélago Canario será la primera isla del mundo en funcionar 100% con energía renovable.
Para ello usará el viento y el agua, en un modelo único en el mundo y que funcionará como una especie de laboratorio y ejemplo para otras islas -donde viven 600 millones de habitantes- y en el que ya están interesadas Hawai, Samso (Dinamarca), Oki (Japón), Aruba (Holanda) e Indonesia. Además de congresos en Malta y Corea del Sur donde los han invitado a exponer.
La Central Hidroeólica Gorona del Viento funciona con cinco aerogeneradores, dos embalses de agua (uno inferior con capacidad para 150 mil metros cúbicos y otro superior de 380 mil ubicado 700 metros sobre el nivel de mar) y una central de motores diesel, que funcionaría en casos sólo de emergencia.
El parque eólico tiene una capacidad de 11.5 megawatios, que cubrirán la demanda de los cerca de 10 mil habitantes de El Hierro y de las plantas desalinizadoras de agua marina. El exceso de electricidad hace subir el agua desalada desde el embalse de abajo hacia la superior y cuando no hay viento –cosa extraña, pues allí suele correr todo año- esta caerá en sentido inverso, con una potencia de 11.3 megawatios.
El sistema permitirá a la isla, declarada Reserva de la Biósfera por UNESCO en 2000- evitar la emisión de 18.700 toneladas de CO2 al año y un ahorro de más de 40 mil barriles de petróleo. «Es un proyecto que está considerado a nivel mundial como uno de los proyectos pioneros y más importantes en la producción de energías renovables», asegura Alpidio Armas, presidente del Cabildo, la autoridad local, institución dueña del 60% de Central Gorona, junto a Endesa que posee el 30% y el Instituto Tecnológico de Canarias propietaria de restante 10%.
«La verdadera novedad de El Hierro es que los técnicos consiguen, sin estar conectados a una red nacional o insular, garantizar una producción eléctrica estable, generada al 100% por energías renovables, superando las intermitencias del viento», señala Alain Gioda, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) en Montpellier, que ha visitado el proyecto varias veces.
INGRESOS SE QUEDAN EN LA ISLA
El presupuesto total para implementar el proyecto, iniciado en 1997, es de 80 millones de euros, de los cuales 35 fueron entregados por el ministerio de la Industria. La tarifa de electricidad para los isleños seguirán iguales, pero los ingresos que deje la central (estimados entre 1 y 3 millones de euros) se quedarán en la isla, para infraestructura, políticas sociales. En definitiva, para su población, hoy azotada por un 32% de desempleo.
Con 268 kilómetros cuadrados, un paisaje montañoso y verde, pero también de extensas explanadas de roca volcánica, frente a las costas africanas, la isla espera recibir mayor turismo gracias a su innovador sistema de generación energética, pero no del masivo que tienen otros sitios de Canarias. La idea es impulsar un desarrollo turístico basado en un modelo “científico-tecnológico”, de respeto medioambiental y donde la sostenibilidad sea la estrella que diferencia a la isla.
“La sustitución masiva de la energía convencional por fuentes renovables y la tendencia hacia la eficiencia energética son esenciales a tener en cuenta en todo el mundo y El Hierro está extraordinariamente avanzado en este sentido”, señala el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, que seguirá de cerca la evolución de la central y apoyará su difusión en tanto sea replicable en otras islas y zonas continentales.
Y es que parte del plan de El Hierro al año 2020 también considera reconvertir su parque automotriz de 6 mil automóviles a la electricidad, como parte de un acuerdo gestado con Renault y Nissan. La isla pronto quiere unirse a la Red Mundial de Geoparques de UNESCO, que agrupa de manera voluntaria a comunidades que tienen un compromiso con la conservación, el desarrollo sostenible y la participación de su población en los cambios.
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