Entre los anuncios del discurso presidencial del 21 de mayo de la Presidenta de Chile Michelle Bachelet están las antiguas y urgentes demandas del mundo ambientalista. Pero la historia enseña que mucho puede pasar hasta su concreción. En el Congreso, un proyecto de protección de glaciares dormía desde 2006, otro se ingresó el martes… y hubo uno anterior que nunca llegó a presentarse.
El anuncio llegó: “Los glaciares representan una fuente de agua dulce de un valor incalculable, presentaremos un proyecto de ley que proteja los glaciares y su entorno”. Tras una inédita campaña ambientalista de menos de tres meses, Michelle Bachelet se pronunció ayer al respecto en su primera cuenta pública a la nación. ¿Es para cantar victoria?
La cruzada emprendida por Greenpeace Chile “fundando” un nuevo país en los glaciares chilenos -aprovechando el vacío legal que nos los menciona en ninguna parte y, por tanto, no los reconoce dentro de su soberanía- captó la atención. En dos meses y medio, 125 mil personas se hicieron “ciudadanos” para exigir al nuevo gobierno la protección definitiva de estas reservas de agua que comprenden 23 mil kilómetros cuadrados y que representan el 82% de los glaciares de Sudamérica.
El martes 20 el maratonista Matías Anguita corrió 85 kilómetros desde El Morado hasta La Moneda para entregar las firmas. Poco antes, durante la mañana se ingresó un proyecto de ley a la Cámara de Diputados “que compromete al Estado con la protección de los glaciares y ambientes periglaciares, declarándolos reservas estratégicas de agua, prohibiendo y restringiendo actividades que pudieran afectarlos”, en palabras de Matías Asún, director de Greenpeace. Los acompañó, la “bancada glaciar”, diputados que respaldan la iniciativa.
Y el lunes 19, enormes carteles de una Bachelet envejecida que rezaban “Gracias a los chilenos en 2014 decidí salvar los glaciares”, la recibieron en su visita a Buenos Aires, país que tiene una ley que protege sus glaciares desde 2010. En ese contexto llega el anuncio. Pero la historia es más larga.
ACUERDO CHAGUAL
En diciembre 2005, con Bachelet como candidata, 23 ONG (Chile Sustentable, Instituto de Ecología Política, Terram, Defensores del Bosque Nativo, Fiscalía de Medio Ambiente, entre otras) suscribieron con ella el Acuerdo de Chagual, que incluía 10 puntos en los que figura la protección de los glaciares. En 2008 todas quitaron su apoyo al gobierno por la destinación de 2 millones de dólares a estudios sobre energía nuclear.
En el tema de los glaciares, algo se avanzó, pero nada se concretó. Sara Larraín (Chile Sustentable) señala que trabajaron un año con diversas entidades en un proyecto de ley que presentaron al gobierno, que éste se había consensuado incluso con sectores de la derecha. “Ese proyecto la Presidenta no lo mandó a tramitación, no cumplió con su compromiso por presión de las mineras”.
Por cierto, hoy con proyectos como Andina 244 que amenaza con contaminar los glaciares que abastecen de agua a la RM y que tiene en pie de guerra a los más afectados, los vecinos de Lo Barnechea, pero no sólo a ellos; Pascua Lama suspendida gracias a la movilización de las víctimas, los habitantes del Valle del Huasco, y tras años de reveses judiciales por contaminación y negligencias medioambientales; y la sequía que afecta a buena parte del país y una población que debe ser apoyada en su necesidad básica de agua con camiones aljibes: la sensibilidad ciudadana respecto al tema es alta.
Justamente fue debido al revuelo causado por el proyecto Codelco Andina 244, que se reactivó en 2013 otro proyecto de ley que en 2006 había presentado un grupo de senadores que iban del RN Antonio Horvath al MAS Alejandro Navarro, para defender los glaciares y que permanecía archivado…
CAMBIO AL CÓDIGO DE AGUAS
Los informes sobre el cambio climático de Naciones Unidas mantienen la alerta sobre la imperiosa necesidad de cuidar el agua en el contexto del calentamiento global y la crisis hídrica que se vive en vastas regiones del mundo.
Pero en Chile vamos tarde en lo esencial. Ayer, Bachelet también anunció un cambio en Código de Aguas. “Reconocemos a las aguas como un bien nacional de uso público”, señaló. El mencionado código de 1981 también lo hace, el problema es que a renglón seguido dice que al mismo tiempo es un bien económico. O sea, es un bien colectivo, pero su gestión y aprovechamiento está sujeto a criterios de libre mercado y normas de la propiedad privada.
El modelo de gestión del agua en Chile está en manos del sector eléctrico, mineras y agroindustria. Hasta 2004 los derechos de agua eran concedidos gratuitamente a privados y, además, a perpetuidad. Situación única en el mundo y que ha motivado la realización de dos Marchas por el Agua. ¿Quiénes están detrás de ellas? Campesinos, defensores de los ríos, movimientos anti represas, ambientalistas, sí, pero sobretodo ciudadanos.
En el mundo ecologista hay optimismo con cautela. Algunos dudan que vayan a ser tocados los derechos de agua a perpetuidad ya entregados; los cambios legales suelen operar a futuro y no de manera retroactiva; esperan que se escuche a la sociedad civil. Del otro lado, los anuncios ya causan inquietud en la Sociedad Nacional de Agricultura y el sector eléctrico: “Puede ser una señal alarmante para agricultores, prestadores de servicios básicos como la luz y el agua y desarrolladores de actividades económicas, como la minería, que verían debilitados sus derechos de aprovechamiento de agua”, citan en un medio ligado al rubro.
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