El controvertido método de extracción de gas que inyecta agua a presión con químicos en la roca, fue visado pese a una amplia oposición ciudadana. La normativa sólo excluye zonas protegidas en “casos excepcionales”. Los detractores señalan el excesivo uso de agua, los riesgos de contaminación y los sismos que provoca. El Gobierno ofrece las mejores garantías fiscales de Europa a las empresas.
Una gran polémica tiene lugar en Reino Unido luego de que el gobierno autorizara la extracción de gas de esquisto por el cuestionado método del fracking o fractura hidráulica, en todo el país, incluso en parques nacionales y lugares protegidos. Ello pese a los resultados de una consulta on line que arrojó una abrumadora mayoría en contra por sus efectos ambientales, y a las protestas que no han cesado.
La técnica implica la inyección a presión de agua con arena y químicos para fracturar la roca y extraer gas natural. Está ampliamente extendida en EE.UU., gracias a lagunas legales respecto a agua limpia y potable, según afirman especialistas; esto les permite inyectar productos tóxicos (no están obligados a revelarlos por ‘secreto industrial’) que contamina pozos y tampoco tratan las aguas sobrantes. En abril un tribunal condenó a una petrolera a indemnizar en casi 3 millones de dólares a una familia de Texas que enfermó debido a operaciones de fracking que se realizaban en las cercanías de su casa.
Diversas entidades en el Reino Unido como Public Health England y Natural England (Departamento de Salud y Agencia de Protección del medio ambiente, respectivamente) han acusado que las normativas propuestas por el Departamento de Energía y Cambio Climático para la explotación por fracking no identificó los efectos potencialmente negativos sobre la salud si la extracción de gas contamina las aguas subterráneas y tampoco consideró la afectación a las leyes europeas que protegen el medio ambiente.
Aun así este lunes el gobierno anunció que estaba abierto a las ofertas de las empresas de fracking, como a las petroleras, para explotar prácticamente toda Gran Bretaña. Quedan abiertos a posibles concesiones 10 de 13 Parques Nacionales, 24 de 31 distritos electorales y 10 de sus grandes ciudades, algo así como el 64% de su territorio. Salvo en “circunstancias absolutamente excepcionales” la autoridad podrá rechazar permisos en sitios de Patrimonio Mundial, entre los que se cuentan áreas arqueológicos como Stonehenge, la Catedral de Canterbury o ciudades como Edimburgo.
El ministerio del Tesoro prometió “el mejor régimen fiscal de Europa” para las compañías de fracking, mientras la cartera de energía argumenta que el gas de esquisto le dará a Reino Unido mayor seguridad energética, empleos y crecimiento a su economía. Aseguran que es perfectamente compatible la protección de sus parques y “mejores paisajes” con la explotación; que actuarán con cuidado y minimizando riesgos. Sin embargo, se pretende acelerar los procesos y que a los seis meses de obtenida la licencia las compañías puedan comenzar a perforar.
LARGA HISTORIA
Tras casi dos años de moratoria para dar luz verde a la explotación y la nueva normativa que ahora incluye el veto a explotar en parques nacionales en casos excepcionales, a comienzos de año se criticó duramente el cambio legal que permite a las compañías no informar sobre sus planes a las comunidades afectadas y la supresión del derecho de cualquiera a oponerse si el fracking pasa cerca de su casa.
Según estimaciones del Servicio Geológico Británico los depósitos de gas podrían abastecer al país por 40 años y bajar las facturas de energía. Las protestas y campañas de grupos ecologistas y ciudadanos han rodeado el proceso de discusión y presionaron al gobierno a considerar normas relativas a taladrar en los sitios patrimoniales, de gran belleza natural y parques, pero no lograron excluirlos completamente. Lo que para muchos ecologistas sigue siendo un escándalo.
“Esto sigue dejando la puerta abierta al fracking en ellos y socava por completo el estado de protección que se les había dado y los vacía de contenido –señala una parlamentaria del Partido Verde-. Muchos activistas han hecho campaña por décadas para lograr el estatus de parque nacional y se le ha dado la razón. La idea de que puedan ser ofrecidas a las empresas de fracking es un escándalo”.
La discusión, con certeza, no parará. Se señala que el gobierno se vio obligado a admitir que el fracking es una operación riesgosa y por lo cual las áreas más delicadas necesitan ser protegidas. Y si eso es así, por qué no son protegidas también las comunidades y sus casas. Se habla del gran consumo de agua que implica la técnica, cuando Reino Unido está sufriendo de escasez hídrica regularmente, además del riesgo de contaminación. Y los sismos de pequeña y mediana escala que provoca el perforado. Sin contar con que se opta por fuentes contaminantes de combustibles fósiles, que los expertos no se cansan de pedir que se dejen bajo tierra por el cambio climático.
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