El retroceso de los glaciares se dispara: El hombre, principal culpable

En los últimos 20 años, dos terceras partes de la pérdida de masa glaciar es causada por el cambio climático inducido por acciones humanas. En Argentina, poseedor del 15% de los glaciares sudamericanos está en curso un censo de ellos. En Chile que posee el 75%, nada, aún no hay  un ley de protección ni menos un inventario.

Los glaciares derritiéndose son ícono del cambio climático causado por el hombre y según un estudio recientemente publicado por la Revista Science, más que una escena, es una realidad que se ha disparado en las dos últimas décadas.

Entre 1851 y 2010 sólo un 25%  a 35% de la pérdida global de masa glaciar es atribuible a causas antropogénicas (humanas). Sin embargo, desde 1991 y hasta 2010 la contribución humana a la fusión se ha incrementado hasta casi un 70%. Según explica uno de los investigadores del estudio, de la Universidad de Innsbruck, Austria, los glaciares tardan décadas o siglos para adaptarse a los cambios climáticos: “En el siglo XIX y primera mitad del siglo XX se observó que la pérdida de masa de glaciar era apenas perceptible, pero desde entonces ha aumentado constantemente”.

El estudio se realizó utilizando la base de datos de Inventario Randolph Glacier, un inventario mundial de los contorno de los glaciares, complementaria de la iniciativa que hace mediciones del hielo terrestre desde el espacio, Global Land Ice Measurements from Space (GLIMS).

El continuo retroceso de los glaciares afecta las sociedades humanas porque causa el aumento del nivel del mar, cambia la disponibilidad estacional del agua e incrementa los riesgos geológicos, señala el informe. Este utilizó simulaciones computacionales del clima para trazar los cambios de los glaciares en el mundo, mientras se mantenían factores como la variabilidad solar y las erupciones volcánicas, y se introducían variables como el cambio de suelo y emisiones de gases efecto invernadero.

En todo el mundo se reconoce la importancia estretégica de los glaciares... pero hay excepciones.

En todo el mundo se reconoce la importancia estretégica de los glaciares… pero hay excepciones.

“En nuestros datos –señalan los investigadores- encontramos evidencia inequívoca de la contribución antropogénica a la pérdida de masa glaciar”.

EN CURSO INVENTARIO DE GLACIARES ARGENTINOS

Todos los glaciares son recursos hídricos estratégicos, como reservas de agua dulce, como indicadores del cambio climático y también como reservas naturales que generan ingresos importantes en tanto atractivos turísticos. Algunos países están más conscientes de su importancia que otros. En Argentina están llevando adelante un Inventario de Glaciares, producto de una Ley dictada en 2010 de “Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y Ambiente Periglacial”.

La ley indica que se deben individualizar y registrar todos los glaciares que actúan como reservas hídricas en el territorio argentino, para establecer su dimensión y estado, a fin de monitorearlos y planificar la gestión de uso del agua.

“Existen varios inventarios a nivel mundial, pero este es uno de los más completos si se tiene en cuenta el nivel de detalle… señalan los investigadores del Instituto Nacional de Glaciares argentino, ING, en medio del trabajo de conteo, que pretende actualizar las mediciones cada cinco años. “La idea es que este inventario sea tenido en cuenta por los tomadores de decisiones a la hora de analizar emprendimientos, ya sea mineros, de trazabilidad de caminos o centros de esquí”, explican.

Hasta hoy el ‘censo’ argentino ha rastreado casi 1.200 km2, y todos los cuerpos de hielo de cuatro de las seis cuencas de Mendoza. “Por lo que se ha observado en todas las mediciones hechas, a grandes rasgos se observa que la superficie de glaciares ha disminuido si se la compara con las últimas mediciones de las que tenemos registro y que datan de la década del ’80. Determinar cuánto han disminuido precisa de otro estudio, el cual está previsto realizarse en el nivel II del inventario”, señalan.

En la web, la iniciativa explica que “Argentina es de los pocos países que cuenta con varios miles de kilómetros cuadrados de glaciares en su territorio. Según cálculos aproximados, Sudamérica tendría cerca de 25.500 km2 cubiertos por glaciares, con un 75% del área total ubicada en Chile… Nuestro país ocupa el segundo lugar después de Chile, con cerca del 15% del área total de glaciares sudamericanos. Estos porcentajes colocan tanto a Chile como a la Argentina en una posición privilegiada con respecto a otros países, pero también les otorgan un mayor grado de responsabilidad para el estudio, monitoreo y protección de los glaciares en esta región del planeta”.

Se señala que pese a su importancia  “socio-económica, geopolítica, ambiental y científico-académica, el conocimiento actual sobre los glaciares y el ambiente periglacial en la Argentina es muy limitado”.

En Chile, la situación es mucho peor: ni inventario ni menos leyes de protección. Todavía. Tras una inédita campaña ambientalista y hasta la ‘fundación de una república glaciar’, en su discurso del 21 de mayo pasado la presidenta Michelle Bachelet anunció un proyecto de ley para su protección. Pero en nuestra historia legislativa ha habido otros intentos que nunca concretaron.