Un modelo computacional que reproduce los ecosistemas del planeta y que puede responder sobre los efectos de la acción humana sobre ellos y sus consecuencias en el resto de la vida. Es el sistema que desarrolló una alianza entre Naciones Unidas y Microsoft, para ayudar a tomar las decisiones sobre el medio ambiente, predecir la degradación y cómo revertir los daños.
Le llaman “Modelo Madingley” y en corto y simple es un enorme simulador de toda la vida en la Tierra. Fue desarrollado en conjunto por Microsoft Research y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, y su objetivo es predecir la degradación medioambiental y el futuro posible de los ecosistemas del planeta.
Tres años demoraron biólogos, ecologistas y científicos de esta alianza en desarrollar este modelo informático predictivo, el primero en integrar todos los procesos biológicos que sustentan en ciclo de la vida (fotosíntesis, alimentación, metabolismo, reproducción, muerte), con el objetivo de determinar como interactúan todos los ecosistemas, como responderán a las presiones que el hombre impone en ellos y cómo es posible mitigar o revertir los daños.
Se trata de una herramienta que “ofrece a los tomadores de decisiones” la posibilidad de “explorar los posibles efectos de sus decisiones sobre el medio ambiente en un ordenador, antes que éstas se hayan extendido en el mundo real”. Es el equivalente a los modelos climáticos que se usan para analizar el estado de la atmósfera o los océanos, pero para los ecosistemas.
Madingley es capaz de reproducir las características de los ecosistemas, desde los más pequeños a los mayores. Puede advertir sobre los efectos de la pérdida de hábitat o las consecuencias de especies invasoras en determinados ecosistemas y alertar sobre la salud de los “servicios” que éstos entregan al hombre: suministro de agua, polinización de cultivos, recursos de pesca, etc.
A diferencia de modelos anteriores, éste es capaz de evaluar y predecir el impacto en una amplia gama de ecosistemas, marítimos o terrestres y se puede aplicar a cualquier escala, desde lo local a lo mundial.
“Madingley es una tecnología nueva y emocionante que ofrece a la comunidad científica y los líderes mundiales una herramienta vital para prever cómo las vías de desarrollo no sostenibles afectarían el mundo natural «, señaló Achim Steiner, director de PNUMA.
Parecen poco tres años para armar semejante herramienta. Sin embargo, detrás del modelo hay “décadas de trabajo previo en ecología teórica y práctica”. Y se trata de una primera versión que sus promotores esperan que aliente a otros científicos a desarrollarla aún más. Por ello, lanzan el modelo con el código informático abierto, para permitir a cualquiera inspeccionar o mejorar más la actual versión. Dicen que está lejos de la sofisticación y complejidad de los modelos climáticos vigentes, pero apuestan por un rápido desarrollo si se involucra toda la comunidad ecológica.
¿POR QUÉ MICROSOFT?
La urgencia de los problemas medioambientales requiere científicos de todos los ámbitos, pero también de los avances en recopilación de datos, modelados y cómputos, “como la mayor compañía del mundo en software era natural que Microsoft se involucrara”, explican.
Por otro lado, el PNUMA emplea a más de 100 científicos en investigaciones sobre conservación y biodiversidad; contaminación, comercio de vida silvestre, cambio de uso de suelos, para orientar decisiones como las áreas protegidas y otras políticas. Con Madingley, ahora los científicos podrán responder preguntas tan cruciales como qué pasaría si las abejas se extinguen, según prometen.
Tweet