En una reciente Charla Ted, el reconocido arquitecto chileno Alejandro Aravena expone cómo, con innovación, su disciplina puede aportar soluciones a problemas actuales tan disímiles como la necesidad de bajar el consumo energético, la urgencia de viviendas dignas para los más vulnerables o los desastres naturales.
“La sustentabilidad no es otra cosa que el uso riguroso del sentido común”, señala el destacado arquitecto chileno Alejandro Aravena en una Charla Ted recientemente subida a ese prestigioso sitio web, en la que expone tres casos donde el diseño –y su notable innovación- lograron dar respuesta a urgentes problemáticas de hoy: el desafío de la creciente urbanización mundial, la necesidad de reducir el consumo energético y los desastres naturales.
Recién galardonado con el Premio Zumtobel, justamente por el diseño de la reconstrucción de Constitución tras el terremoto 8.8 en escala de Richter de 2010, Aravena, de 47 años, está acostumbrado a los reconocimientos. Está en la liga de los grandes. Ha sido llamado un “visionario” por el influyente diario inglés The Guardian y ha ganado varios de los más importantes premios en arquitectura, en 2004 fue elegido entre los 10 arquitectos más vanguardistas por la revista Arquitectural Record; ha sido profesor de Harvard y desde hace cinco años es parte del jurado del premio Pritzker (considerado algo así como el nobel de la arquitectura).
Afirma que la arquitectura no puede esperar que la sociedad se interese en sus problemas, todo lo contrario cree que ésta disciplina puede entregar las formas que pueden traducir los problemas sociales en soluciones. Cree –y ya lo ha hecho- que el diseño puede cambiar vidas. Le interesa el tema a gran escala y no sólo la solución de viviendas sociales de mayor calidad que ha construido; le interesa el concepto de “ciudad” y cómo éstas pueden mejorar la calidad de sus habitantes y transformarse en una vía para la “creación de igualdad». Por cierto, con su empresa Elemental, equilibra su trabajo entre esas dos áreas -viviendas sociales, construcción cívica- y grandes contratos privados.
SUS VISIONES
De los tres desafíos habla en su charla. Parte por la migración campo ciudad. De los 3 mil millones que hoy viven en ciudades, 1.000 millones son pobres, dice Aravena. Para 2030 serán 5 mil millones y quienes estén por debajo de la línea de la pobreza aumentarán a 2.000 millones. ¿Qué hacer desde la arquitectura? La falta de espacio urbano y la necesidad vital de más metros cuadrados para las familias, hace 10 años en Iquique, lo llevaron a plantear un “diseño participativo” con los propios interesados y a usar “el poder de autoconstrucción de la gente” en viviendas sociales, que según cree es parte de la solución al problema de la creciente demanda.
Luz, temperatura y aire adecuado para un edificio. Pero no el típico edificio de oficinas con fachada de vidrio, que debido a la radiación directa del sol genera un enorme efecto invernadero. No, en el Centro de Innovación UC, que una revista internacional presenta como “tótem bioclimático”, hizo todo diferente. Y logró disminuir de 120 kW por m2 al año que se requiere para enfriar un ‘edificio típico’ a usar sólo 40 kW al año. No es ciencia ni tecnología espacial… es simplemente sentido común, señala él.
El terremoto de 2010 y la solución para reconstruir el borde costero de Constitución y al mismo tiempo protegerlo de futuros maremotos es, quizás, de lo más innovador de sus propuestas. Había que lidiar con la prohibición de ubicar casas allí, con la alternativa de expropiar terrenos y la certeza de que pese a ello, seguramente la gente se tomaría el área ilegalmente.
INVOLUCRAR A LAS COMUNIDADES
Cuenta Aravena que entre las alternativas estaba elevar enormes muros de hormigón, la favorita de las grandes constructoras por los millonarios contratos involucrados y también la preferida por el Estado porque evitaba pagar por expropiar terrenos. “Pero Japón probó que tratar de resistir la fuerza de la naturaleza es inútil e irresponsable”, dice. Y nuevamente, como en el caso de las viviendas nortinas, se incluyó a la comunidad en la búsqueda de solución.
Fue difícil. Nadie quería irse de donde habían vivido toda la vida y nadie quería un muro… preguntaron entonces y ante el escenario de que había que pensar toda la ciudad desde cero, que otros problemas tenían: sufrían cada año inundaciones por las crecidas del río y el acceso público al mismo era dificultoso porque parte de sus riberas están privatizadas. Además, se quejaban de falta de áreas verdes.
Hoy la “solución” es conocida como Parque Fluvial de Constitución. La construcción se inició recientemente y estará lista en dos años, permitirá mitigar y disipar los efectos de un eventual tsunami con bosques y cubrir las necesidades de espacios públicos verdes con un cuidado trabajo de paisajismo. El Plan de Reconstrucción Estratégico Sustentable (PRES) que desarrolló Aravena con Elemental y que también incluye viviendas para casi 500 familias, la reconstrucción del centro cívico, biblioteca, teatro y estadio, paseos y plazas, fue uno de los tres ganadores de Zumtobel, de entre 15 finalistas y 356 aspirantes mundiales.
“Así sea la fuerza de la autoconstrucción, del sentido común o la fuerza de la naturaleza, todas deben traducirse en la forma… y esta no es cemento, ladrillo o madera, es la vida misma”, resume Aravena: “El poder de síntesis del diseño –afirma- es sólo un intento de poner en el centro de la arquitectura la fuerza de la vida”.
Duración: 15.49 Minutos.