Un estudio de diseño londinense propuso a pescadores locales aprovechar los trozos de plástico que de manera habitual recogen en sus redes y darles un uso. La iniciativa fue registrada y el corto de 3 minutos fue premiado en Cannes.
El plástico en el mar y sus desastrosas consecuencias Este fue el tema inspiró a los fundadores de Studio Swine de Londres, un arquitecto japonés y un artista británico, a proponer a pescadores locales una manera de reciclar los trozos del material que se enredan en sus redes durante las faenas y aprovecharlos en sus ratos muertos a bordo.
Les enseñaron a fundirlo en un horno de fabricación casera en el bote y a hacer una peculiar silla, una “Silla de Mar”. La idea fue registrada por Juriaan Booik y el resultado es un cortometraje de 3.20 Minutos que fue premiado con el segundo lugar de la categoría de jóvenes realizadores en Cannes 2014, entre otros galardones.
Swine explora el diseño a través de la innovación de materiales, alentando sistemas sostenibles, sin descuidar la estética. Se han involucrado en proyectos diversos, como una ‘fundición móvil’ que elaboró en las calles de Sao Paulo artículos a partir de latas desechables o la creación de un material alternativo a la madera con resina y pelo humano (sí, tras rastrear la industria capilar en China, descubrieron que este país es el mayor exportador de cabello del mundo y al mismo tiempo es el mayor importador de maderas tropicales y dado que el primero crece más rápido que los árboles…)
Uno de sus próximos proyectos, a partir de septiembre, también estará en el mar, acompañando a la fundación Commonseas en una aventura llamada Gyre to Gaia que pretende recorrer en barco desde Reino Unido a Islas Canarias, a través de las Azores, recogiendo desechos plásticos suficientes para esta vez construir un kayak.
Cada año llegan al mar 6.4 millones de toneladas de basura. De ellos, el plástico es el que tiene de las peores consecuencias para la vida marina y todos sus ecosistemas. Se estiman en 13 mil piezas de plástico por kilómetro cuadrado de mar, mientras enormes masas –llamados ya continentes- de plástico flotan en distintos puntos del planeta. Científicos y entidades se encargan cada tanto de recordar la gravedad del problema, pero iniciativas como éstas le dan una difusión de otro tipo.
Acá el cortometraje “Silla de Mar”.
Y aquí el proyecto con las latas.