Sigue el show y cautiverio de las ballenas en San Diego

Ley que obligaba al SeaWorld a rehabilitar y reintegrar a las orcas a su hábitat natural será votado en 2015, tras ordenar más estudios. La iniciativa surgió tras el estreno de “Blackfish”, documental que denuncia los males del cautiverio: estrés, agresividad, frustración, muerte prematura. Los activistas consideran a SeaWorld un ‘parque penitenciario’.

El proyecto de ley destinado a prohibir el cautiverio de las 10 orcas y todos los show que con ellas se realizan en el parque temático de SeaWorld de San Diego y que había despertado grandes expectativas entre los defensores de los animales, quedó a la espera de nuevos estudios para ser votado en California en 2015.

La iniciativa del legislador Richard Bloom haría ilegal el uso de orcas, la inseminación artificial para crianza, la importación y exportación de semen; y obligaba a rehabilitar a las ballenas y devolverlas a su hábitat natural o a santuarios marinos protegidos.

El cuestionamiento a las prácticas de los parques acuáticos con delfines y otros animales es motivo de preocupación y campañas hace un tiempo y volvió al primer plano en febrero de 2010 con la muerte de la entrenadora Dawn Brancheau, quien falleció en una función de rutina tras ser atacada por una orca macho en SeaWorld de Orlando.

“BLACKFISH”

El incidente, el tercero con resultado de muerte en el que estaba involucrada la orca Tilikum, inspiró “Blackfish”, documental estrenado en 2013 que denuncia las duras condiciones en que son mantenidos los animales y que los responsables de SeaWorld San Diego señalan como la inspiración del mencionado proyecto de ley.

La directora del filme Gabriela Cowperthwaite intenta mostrar lo que no ven los espectadores y explicar que no son asesinas por naturaleza. Los cuatro registros de ataque a humanos se han producido con orcas en cautiverio. En tres de ellos estuvo Tilikum, que fue capturado en 1983, a los 3 años y que pasó de un parque canadiense (cerrado tras la muerte de un entrenador al que la orca junto a otros dos ejemplares impidieron salir a flote y terminó ahogado) a Sea World.

Las consecuencias son estrés, cambios en el comportamiento, agresividad. En lo físico, el cautiverio en espacios reducidos para animales que en libertad recorren 160 kms. diarios, atrofia sus aletas, su dentadura a causa de la comida procesada y altera su nutrición por la dieta que son obligados a llevar.

MODELO CRUEL Y ARCAICO

El modelo comercial de los parques es “cruel y arcaico”, señalan sus detractores de People for Ethical Treatment of Animals, PETA. “El confinamiento a pequeñas piscinas de cemento no es científica ni éticamente aceptable, ni puede satisfacer las necesidades de estos animales inteligentes, sociales, de larga vida y cuerpo grande”.

Quizás lo más serio se produce en lo social. Las orcas son animales extremadamente sociales, que establecen sus lazos, jerarquías y personalidad en el clan, durante sus primeros años de vida. En cautiverio son obligadas a cruzarse a los seis años, cuando en libertad lo harían en el doble de tiempo. Por ello entrenadores que han comprendido el daño que les causa y ahora juegan en lado contrario, señalan que no es raro que mueran a los 10 años, a pesar de tener expectativas de vida similares a las humanas.

BALLENAS DROGADAS

Además, según denuncia PETA, la angustia que genera el cautiverio, obliga a los parques a drogarlas para controlar su comportamiento. “SeaWorld les da bombas de drogas psicotrópicas para poder manejar la frustración de orcas confinadas y continuar forzándolas a realizar trucos estúpidos”.

En el sitio se pueden ver algunos videos que muestran su vida en pequeños tanques, y comportamientos anormales generados por el estrés, como golpearse la cabeza repetitivamente, vomitar; además del trailer de “Blackfish”.

SeaWorld de San Diego, considera que el proyecto de ley está “basado en propaganda”. Sin embargo, el legislador Bloom a través de Twitter aclaró: «Mantengo mi compromiso de ayudar a orcas en cautiverio y agradezco el apoyo que he recibido. Juntos podemos hacer la diferencia», escribió.

En PETA no dan la batalla por perdida. “El público ha aprendido que las orcas sufren, mueren prematuramente y arremeten con frustración y agresividad en los parques penitenciarios de SeaWorld y los espectadores han respondido con menores niveles de asistencia y protestas públicas… Ahora SeaWorld puede tomar el tiempo hasta que llegue la votación del próximo años para encontrar la manera de liberar a las orcas a santuarios marinos”.

Tras el estreno de “Blackfish” las acciones del parque bajaron, el público se redujo un 9%  en el segundo semestre de 2013 y se vieron obligados a bajar el precio de las entradas al parque a la mitad.