No todo está perdido. Hacia mediados de siglo la capa protectora del planeta se recuperaría, aunque se confirmó el aumento de la deforestación en la mayor selva del mundo y el CO2 sigue siendo el principal culpable del calentamiento del clima.
Los estudios permanentes de ciertos índices, que avisan sobre el estado de salud de la Tierra, alertaron de una buena y dos malas noticias esta semana. ¿Mensaje? Es posible revertir las cosas y hay que seguir trabajando. Eso dicen la recuperación progresiva de la capa de Ozono, un leve aumento de la deforestación en el Amazonas y los registros récord de CO2 en el último año.
LA CAPA DE OZONO
La última evaluación sobre el Ozono, la capa protectora de los dañinos rayos ultravioletas del sol, podría recuperarse en las próximas décadas, de mantenerse las acciones concertadas para evitar las sustancias que lo agotan.
Según el estudio realizado por 300 científicos y publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (WMO), gracias al Protocolo de Montreal –vigente desde 1989-, “hay indicios positivos de que la capa de ozono podría recuperarse hacia mediados de siglo”. Y este éxito “debería alentar a tomar nuevas medidas, también con el clima”, señalan.
La eliminación gradual de sustancias nocivas para el ozono (como los clorofluorocarbonos usados en aerosoles, espumas aislantes y refrigeradores), ha sido positiva además para el clima, pues muchas de ellas son potentes gases de efecto invernadero. Pero se advierte del peligro que los sustitutos socaven los logros; ha aumentado su uso (un 7% anual) y son en sí mismos gases de efecto invernadero.
La capa de Ozono disminuyó casi en todo el mundo en los ’80 y principios de los ’90; se mantuvo sin mayores cambios desde el 2000, y hoy presenta indicios de recuperación.
En la zona antártica, el agujero de la capa persistirá durante el resto del siglo, pese a que las emisiones han cesado, debido a que las sustancias se quedan en la atmósfera. ¿Qué pasara después de 2050? Dependerá de la cantidad de CO2, metano y óxido nitroso, los tres principales gases de larga vida en la atmósfera.
OTRA VEZ EL CO2
En 2013 los gases efecto invernadero presentes en la atmósfera alcanzaron un nuevo máximo sin precedentes, debido a la subida acelerada de los niveles de CO2. Según el Boletín anual de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), entre 1990 y 2013 el forzamiento radiativo, generador del efecto de calentamiento del clima, aumentó un 34% por los gases de larga duración.
Durante 2013 y en relación a los índices de la era preindustrial (antes de 1750), éstos aumentaron: CO2 un 142%; metano 253% y óxido nitroso 121%. Se indica, también, que entre 2012 y 2013 el dióxido de carbono (CO2) subió más que cualquier otro año desde 1984; ello posiblemente debido a que la biósfera está absorbiendo menos gas y en paralelo las emisiones del mismo se incrementan constantemente.
El boletín se refiere a las concentraciones de gases (lo que queda en la atmósfera luego de las interacciones entre atmósfera, biósfera y océanos) y no a las emisiones (lo que va a la atmósfera). Se estima que un cuarto de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por los océanos, a un costo altísimo: no hay precedentes para el ritmo actual de acidificación de los océanos, que de acuerdo a las proyecciones seguirá acelerándose al menos hasta mediados de siglo.
Esta es la primera vez que el boletín integra una sección sobre los océanos. “Era necesaria y resulta apropiada. Ya es hora de que el océano, en cuanto uno de los principales factores determinantes del clima del planeta y atenuante del cambio climático, se convierta en un elemento central de los debates sobre el cambio climático”, señalaron los responsables.
¿Qué hace la acidez? Afecta corales, algas, moluscos y plancton, disminuyendo la capacidad de calcificación de los organismos para construir conchas, caparazones y esqueletos, lo que baja su supervivencia, desarrollo y crecimiento. Hoy se sabe que los océanos absorben 4 kilos de CO2 por persona al día.
“Si el calentamiento de la Tierra no se considera una razón suficiente para reducir las emisiones de CO2, –advierten- la acidificación de los océanos debería serlo puesto que sus efectos ya se están dejando sentir y no hará sino aumentar decenio tras decenio”.
AMAZONÍA
Un leve aumento de la deforestación de la selva amazónica confirmó el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) para el período 2012-2013, como parte del Proyecto de Monitoreo de la Deforestación en la Amazonía (PRODES). El estudio indica una tasa de 5.891 km2 por año, lo que representa un 1% más de lo calculado a fines del año pasado por la entidad brasileña, que fue de 5.843 km2.
Este 29% de aumento respecto a los 12 meses anteriores, igualmente representa la segunda cifra más baja desde comenzó el programa en 1988.
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