Los deshielos en la zona del Océano Ártico han multiplicado el fenómeno en los últimos años. A diferencia de las focas, esta especie no puede permanecer nadando, requiere descanso. Otra vez… el cambio climático.
Las fotos ya han circulado en los principales medios del mundo e impresionan. Según información del servicio norteamericano National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA, fueron más de 35 mil las morsas que el pasado sábado llegaron a una playa de Point Lay, al noroeste de Alaska debido a que en esta época de fin de verano en el hemisferio norte no encuentran hielo para descansar.
A diferencia de las focas, que pueden permanecer nadando indefinidamente, esta especie requiere pausas de descanso sobre el hielo o sobre rocas. En los últimos años el fenómeno se ha hecho cada vez más frecuente debido al cambio climático. Las hembras (que pueden alcanzar los 3 metros y 1.200 kilos) pasan el invierno en el mar de Bering y dan a luz en el hielo. Durante el verano, éstas y sus crías usan el hielo del Mar de Chukchi (al norte del estrecho de Bering) como plataforma de buceo para alcanzar su alimento –caracoles, almejas, gusanos- cercanos al borde continental poco profundo. Pero el deshielo se hace cada vez más dramático y los hielos retroceden más al norte, a aguas del Ártico, donde las profundidades exceden los dos kilómetros y las morsas no pueden bucear hasta el fondo.
A mediados de Septiembre y según datos de National Snow & Ice Data Center, NSIDC, el fin de la temporada de derretimiento en el Polo Norte tenía como resultado la reducción del hielo marino en más de 5 millones de km2.
Morsas en masas fueron vistas por primera vez en 2007, 2009 y 2011, cuando en número similar al de ahora aparecieron a largo de una playa cercana al pueblo de Point Lay, como el pasado sábado. En 2009 los cadáveres de unas 130 de ellas quedaron en la playa luego de una estampida, que puede generar cualquier ruido o presencia ajena. Esta vez ya se han contabilizado unos 50 cuerpos, todos de animales jóvenes, que son los más vulnerables cuando hay grandes “reuniones” en las playas.
Aunque puede parecer majadero, ambientalistas vuelven a insistir en la urgencia de medidas ante un fenómeno ya incuestionable. “Las morsas nos están diciendo, lo que los osos polares e indígenas de la zona ya han dicho, que el Ártico está cambiando rápidamente y es hora que el mundo tome nota y medidas para abordar las causas profundas del cambio climático”.
Este video del Servicio Geológico de EE.UU. muestra lo ocurrido en 2011.