La medida de la FDA de solicitar a las farmacéuticas no entregar antibióticos a los productores de carne destinada a consumo humano, sin receta, fue aceptada por más del 90% de ellas. El objetivo es bajar el número de muertes a causa de resistencia a estos fármacos.
Luego de que en diciembre la agencia de administración de alimentos y medicamentos de EE.UU., conocida por su sigla FDA, lanzará su plan para el retiro gradual de antibióticos como práctica habitual entre los productos de la industria de la carne, ayer anunció que 25 de las 26 empresas farmacéuticas a las que se dirigió han respondido positivamente.
Y es que son éstas las convocadas y no los productores de carne. La estrategia de FDA es que las primeras no promuevan el uso de antimicrobianos humanos en las granjas de animales, donde se usan para prevenir infecciones debido al hacinamiento en que se encuentran los animales y de esta forma potenciar el crecimiento.
Hasta ahora éstos se han usado sin receta médica de manera preventiva y curativa en animales destinados a consumo humano. Con el llamado a que voluntariamente las farmacéuticas retiren las autorizaciones para la utilización de estos fármacos, la FDA pretendía acortar el trámite, ya que de haber optado por un proceso obligatorio, la sola implementación habría tardado años.
Según la FDA, las 25 empresas que han aceptado la medida -entre los que figuran dos de los principales fabricantes de medicamentos- representan el 99,6 del universo que tienen como objetivo.
¿POR QUÉ?
El retiro de los medicamentos responde a la preocupación existente por la gran cantidad de enfermedades humanas que presentan resistencia a los antibióticos, lo que implica una potencial amenaza para la salud pública. Las cifras entregadas en 2013 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades hablan de 23.000 muertes anuales por esta causa.
La exposición continua a antibióticos hace que los gérmenes se vuelvan resistentes y las medicinas no efectivas. La medida, de todos modos, llega algo tarde. La preocupación por la ingesta residual de éstos es mundial (el documental belga «Amamé enCARNEcidamente» dice que los norteamericanos consumen cada año 1.500 toneladas de antibióticos, entre otros detalle ‘interesantes’ de la industria). En la Unión Europea su uso está muy limitado y hay países como Suecia donde están prohibidos desde 1995.
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