Documental “Virunga”: el drama del majestuoso parque congoleño

Hoy, a través de Netflix, se estrena este filme que sigue los pasos de los arriesgados guardaparques que defienden a los últimos gorilas de montaña del mundo de las garras de cazadores, grupos armados, conflictos sociales y corrupción. En paralelo, los productores inician una campaña para presionar a la petrolera inglesa Soco a mantenerse lejos del más antiguo de los parques nacionales de África.

Tiene imágenes bellísimas y otras terribles. El documental “Virunga”, que se estrena mundialmente hoy a través de la plataforma Netflix, luego de debutar este año en circuitos de festivales y con varios premios, muestra la majestuosidad de un lugar único, en el corazón de la República Democrática del Congo. Y también revela su drama: la imposible convivencia de sus habitantes silvestres, parte de los últimos 800 gorilas de montaña del mundo y una enorme biodiversidad, con la guerrilla, cazadores furtivos, grupos armados paramilitares y corrupción.

Paralelo a su estreno, hoy también los productores de la película iniciarán una campaña para instar a los espectadores a conminar a la petrolera inglesa Soco a descartar cualquier futura explotación de crudo en la zona tan altamente vulnerable. Por si no fueran suficientes los conflictos sociales, esa es la otra gran amenaza de Virunga.

20 AÑOS DE GUERRA

Este parque nacional, el más antiguo de África, ha sido escenario también de guerra civil y conflictos armados que azotan a la RDC desde hace 20 años. Para los guardaparques que trabajan en este sitio patrimonial, puede ser una trampa mortal. Desde 1996 ha muerto más de un centenar de ellos intentando defender a los gorilas de montaña, causa que también le costó la vida a Dian Fossey años antes; historia relatada en otra película, “Gorilas en la niebla”. Recién en abril pasado su director, el príncipe belga Emanuele de Merode, antropólogo que se olvidó de protocolos y título nobiliario para irse a la selva, recibió cinco balazos y estuvo a punto de morir.

“Me emboscaron, me dispararon en el pecho y el estómago, pero tuve mucha suerte”, dice hoy en entrevistas que buscan dar visibilidad al documental. “140 personas de nuestro personal han sido asesinados en los últimos 20 años desde el comienzo de esta terrible guerra en el este del Congo”, informa.

Dice que en el mundo no quedan más de 800 gorilas de montaña, por lo cual cada individuo cuenta, revelando episodios habituales de su trabajo; como cuando en 2007 perdieron nueve gorilas en un corto periodo y debieron hacerse cargo de los gorilas bebés. Y ahí está, en la pantalla, la relación entrañable de los guardaparques con esos animales grandes, que los siguen, se les cuelgan al cuello como niños pequeños y los miran con esos ojos intensos que hacen innecesarias las palabras. Y el amor inmenso de estos hombres por ellos, a quienes consideran hijos, verdaderamente como su otra familia.

PRESIÓN A SOCO

Otro asunto serio en la zona es el petróleo. Virunga ha estado siempre en corazón de las luchas por sus abundantes riquezas naturales, desde minerales a diamantes. La petrolera inglesa Soco International hizo prospecciones en la zona hasta junio, cuando tras una intensa campaña liderada por WWF que los denunció ante la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Internacional; el club de los países desarrollados), públicamente desistió de sus intenciones de explotar crudo.

La ONG y los ambientalistas cantaron victoria y hasta hoy, con motivo del documental, la compañía sostiene sus dichos, junto con reclamar que la película tergiversa su actuar. Los responsables de la cinta, desde su director, plantean dudas respecto a creer en la palabra empeñada.

«Durante dos años, hemos construido un expediente de prueba sobre las actividades de esta empresa, sus contratistas y simpatizantes, y este expediente tiene serias preocupaciones sobre el soborno y la corrupción, el abuso de los derechos humanos, y enlaces a grupos rebeldes», acusa el director Orlando von Einsiedel, agregando que Soco actúa con “una increíble falta de supervisión de sus operaciones en terreno en el este de Congo.»

Es por ello que los productores hoy harían publico un listado de fondos de pensiones británicos e internacionales, empresas y bancos con inversiones en Soco. ¿La idea? Que los espectadores protesten ante los proveedores de fondos de la compañía y que éstos la insten a mantenerse lejos de Virunga. “Muchas inversiones están vinculadas a Soco sin que la gente lo sepa; queremos que la gente escriba a las empresas y pregunten si Soco tiene la intención de quedarse y que hará para salvaguardar el futuro del parque”, dice uno de los co-productores.

Quizás habría que recordar que Soco obtuvo “concesiones solapadas” del gobierno congoleño en 2010, pese a que el propio gobierno inglés estaba en contra de las actividades petroleras en esta zona patrimonial en teoría “protegida” y lo hizo presente a las autoridades locales. ¿Cómo las obtuvo? Vía decreto supremo presidencial…

«Yo soy funcionario del gobierno congoleño… pero las instituciones gubernamentales congoleñas son vulnerables después de 20 años de guerra civil”, afirma de Merode en otra entrevista. Y es que a pesar de que Soco salió físicamente del parque, porque terminó las prospecciones, nunca desclasificó cuánto petróleo o gas hay allí. Y porque si el gobierno local anula o corre los límites del parque, el compromiso de Soco valdrá de poco.   

Virunga no sólo es hogar de los gorilas de montaña, también de otras especies en peligro de extinción y es la fuente de agua dulce para más de 50 mil residentes de la zona. El petróleo podría reanudar los conflictos y la corrupción. “Cada guerra en los últimos 20 años ha comenzado en o alrededor del Parque Nacional Virunga. Sus ricos recursos han atraído a grupos armados que ha llevado a la muerte a 6 millones de inocentes”, afirma de Merode.

Acá el trailer del documental: