Día Mundial del Agua: cuando las marchas no bastan…

Fecha emblemática para hablar del tema, marcha por su uso consciente; son hechos simbólicos que levanta la comunidad para presionar por cambios. La realidad es que el agua ya es escasa. Ahora son la clase política y el empresariado los llamados a hacerse cargo.

Quizá nunca haya tenido más sentido que ahora, un Día Mundial del Agua, para Chile. En África y Asia, mujeres y niños caminan kilómetros cada día en busca de agua, muchas veces sucia y causante de enfermedades; en solidaridad con ellos es que desde hace unos años y para llamar a la conciencia de su uso cuidadoso se realiza en paralelo la Marcha del Agua en más de 40 ciudades del mundo, incluidas Santiago y Viña del Mar, este domingo 22 de marzo.

La sequía ya está instalada en el mundo y en nuestro país. En no pocas zonas rurales, la población recibe agua de camiones aljibes. En las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos casi no ha llovido hasta esta fecha y vivieron uno de sus veranos más secos en 50 años. Y si el agua escasea para la gente, los animales, junto con los cultivos, son las primeras víctimas. La emergencia agrícola fue decretada  en las dos primeras regiones mencionadas  a comienzos de mes, pero recién ahora empieza a hacerse pública la evidencia más dolorosa: la muerte de ganado por falta de agua.

El agua es un derecho básico para la vida. No puede estar supeditado a las actividades económicas.

El agua es un derecho básico para la vida. No puede estar supeditado a las actividades económicas.

En el norte de Chile, la gravedad de la escasez hídrica se arrastra hace años. Se han perdido más de 32 mil hectáreas de cultivos y el alza de frutas y verduras, lo refrendan.  En Ovalle, los agricultores hablan del peor año en la última década. En Coquimbo, el sector frutícola ha perdido cerca de mil millones de dólares en huertos y capital de trabajo. La calidad de los productos, especialmente de cítricos, va en picada por la sequía; y los precios se elevan porque las cosechas son cada vez más pobres. Mientras, está en juego la sobrevivencia de miles de familias de pequeños agricultores.

COMUNIDADES

Por ello las peleas que las comunidades más afectadas están dando por la defensa de las fuentes de agua tienen sentido y se multiplican. Cuando es evidente que el agua escasea ¿es posible la insensatez de priorizarla para proyectos mineros o permitir que se contaminen con sus desechos tóxicos?

Quienes cuestionan el movimiento del poblado de Caimanes en contra de minera Los Pelambres deberían preguntarse si estarían dispuestos a beber el agua que a ellos se les suministra para su uso diario y que análisis expertos independientes han detectado como contaminada de metales pesados. Así lo entendió la Corte Suprema y por eso falló a su favor.

La actividad minera es una constante amenaza para la preservación de los glaciares.

La actividad minera es una constante amenaza para la preservación de los glaciares.

Ayer, otro proyecto minero –Caserones en la comuna de Tierra Amarilla, Región de Atacama-, fue sancionado por la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) y castigado con el pago de 7.620 millones de pesos por no implementar medidas para evitar la contaminación de las aguas subterráneas de la cuenca del Río Copiapó. Se constataron 17 infracciones, 8 graves, entre ellas haber entrado en operaciones  sin haber validado sus sistemas para control de infiltraciones de derivados del cobre a las aguas.

Chile requiere desarrollo económico, sí. Y el SMA lo dice abiertamente: “Nuestro país necesita iniciativas e inversiones para crecer y desarrollarse, pero deben ser muy rigurosos en el cumplimiento de sus obligaciones ambientales… pero para lograr un desarrollo sustentable, necesitamos el compromiso y la acción responsable de todos”.

Eso falta. Pero, además, no es posible pasar por sobre un derecho humano básico para la vida  –aunque reconocido internacionalmente por la ONU recién en 2010-, como el derecho al agua, por el argumento de la “creación del empleos”, habitualmente esgrimido por la industria minera.

GLACIARES V/MINERAS

Las comunidades afectadas y movilizadas por el agua en el Valle del Maipo, Aconcagua, Limarí, Copiapó y Huasco, también tiene algo que decir respecto al proyecto de Ley de Protección de Glaciares (comprometido por el Gobierno de Michelle Bachelet el 21 de mayo de 2014 y que sustituyó a uno presentado con anterioridad por un grupo de parlamentarios). Conscientes de que “acabar con los glaciares de los valles transversales de Chile, es acabar definitivamente con la vida de nuestros valles”, las comunidades señalan que esta ley pretende legalizar su destrucción por parte de la actividad minera.

Si bien el proyecto –empujado por la comunidad y una efectiva campaña ecologista- los reconoce como reservas de agua dulce y les otorga estatus legal de bienes nacionales de uso público, sólo protege a aquellos existentes en parques nacionales y deja al resto al arbitrio de lo que decida el Comité de Ministros de turno o el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).

“Como dicen nuestros abuelos y abuelas, los glaciares son bancos perpetuos, son represas naturales que en ecosistemas desérticos y semidesérticos, ayudan a mantener un flujo permanente de agua y vida aunque no haya precipitaciones. Constantemente vemos cómo esto está siendo ignorado con una miopía imperdonable por los gobiernos, quienes no prohíben su intervención, sino que proponen sea fiscalizada por la institucionalidad ambiental; la misma que ha sobreotorgado derechos de agua en nuestras sobreexplotadas cuencas y sometido a una crisis hídrica sin precedentes a nuestros valles”.

No son los únicos que cuestionan el proyecto y lo acusan de ser un gesto político de La Moneda hacia el empresariado. Especialistas incluso lo acusan de “liviano y poco informado” y de estar lejos de los estándares de otros países. Otros, como Sara Larraín de Chile Sustentable, son más tajantes: “Al restringir la prohibición expresa de intervención solo a los glaciares en parques nacionales se deja el camino expedito para destruir todos los que surten de agua potable a sectores con estrechez hídrica, donde viven millones de personas. Es decir, se facilita el trabajo a Pascua Lama de Barrick, Andina 244 de Codelco y Los Pelambres de Antofagasta Minerals, junto a muchas otras mineras del norte centro de país”.