Aunque cada año es denunciada por la ONG conservacionista Sea Sheperd, esta vez los activistas (y los delfines) recibieron el inesperado apoyo de Caroline Kennedy, embajadora norteamericana en Tokio. El gobierno nipón explicará su postura en Washington. Y Yoko Ono escribió una carta abierta a los pescadores y al Primer ministro: “Utilice tacto político y cancele este festival”, dice.
Sea Sheperd lleva años denunciando tanto la caza de ballenas por barcos nipones como la sangrienta caza del delfines en Japón. El ex entrenador de delfines y del popular “Flipper” de la serie de TV, Ric O’Barry también. Hay un documental impresionante que registra ese horror, “The Cove”, ganador de premios; incluso a Japón lo ha amenazado Anonymous por esta sangrienta ‘costumbre’. Pero la caza en el pequeño puerto de Taiji, sigue. Este año, la voz que representa a EE.UU. en Tokio, la embajadora Caroline Kennedy ha criticado esta práctica y Yoko Ono también.
A través de Twitter Kennedy señaló: «Profundamente preocupada por la inhumanidad de la pesca de delfines por ‘drive hunt’ (una técnica de pesca consistente en conducir los ejemplares con barcos hacia la costa). El Gobierno de Estados Unidos se opone a la pesca por ‘drive hunt'», escribió el pasado fin de semana.
Este es un apoyo inesperado para una causa de la organización conservacionista dirigida por Paul Watson, que a estas alturas parecían gritos en el desierto. Sin embargo, esta vez fue la voz del gobierno norteamericano en suelo japonés la que habló, luego de que Sea Sheperd publicara en su página un video de la captura de al menos 25 delfines en la bahía de Taiji.
Como está copiosamente documentado, los delfines son acorralados para que entrenadores de todo el mundo elijan a unos cuantos para parques acuáticos y delfinarios. El resto, a la carnicería, literalmente, pues a pesar de contener altísimas cantidades de mercurio –toxico para los humanos-, los japoneses lo consumen sin siquiera saber que se trata de carne de delfines.
“Considere la seguridad futura de Japón”
Yoko Ono, la viuda de John Lennon, japonesa, también se pronunció. Este lunes publicó en su sitio en Internet una carta abierta a los pescadores de Taiji y al primer ministro japonés, Shinzo Abe, explicando que lo que hacen da oportunidad para hablar mal de Japón en el extranjero. El texto se centra sobre todo en la imagen que proyecta el país.
“Por favor considere la seguridad del futuro de Japón, rodeado de muchos países poderosos que siempre están en busca de la oportunidad de debilitar el poder de nuestro país. El futuro de Japón y su seguridad depende de muchas situaciones, pero lo que hacen con los delfines ahora puede crear una muy mala relación con todo el mundo.»
“La forma –continúa la carta- en que están insistiendo en una gran celebración de matar a tantos delfines y secuestrar a algunos de ellos para vender a los zoos y restaurants, en este momento políticamente muy sensible, hará que los niños del mundo odien a los japoneses”.
En realidad a los delfines no se refiere salvo para decir que “esta tradición se hizo sólo cuando el mundo y los pescadores japoneses no sabían lo que significaba hacer daño a los delfines”.
Al primer ministro le dice: “Utilice tacto político y cancele el festival que será considerado por el resto del mundo como un signo de arrogancia e ignorancia japonesa, (cambie) el amor por un acto de violencia”.
EXPLICACIONES A WASHINGTON
Es difícil pensar que tanto la intervención de Caroline Kennedy como la de Yoko Ono, vayan a terminar con la matanza, pero al menos reponen el tema en el debate y los medios. Desde el gobierno, su portavoz señaló que el gobierno nipón explicará su posición en Washington.
Y el gobernador de la prefectura de Wakayama, en la que se encuentra Taiji, Yoshinobu Nisaka, ha insistido en un argumento muchas veces reiterado por los japoneses: «Todos los días se matan vacas y cerdos (en Occidente) para comerlos. ¿Solo será cruel en el caso de los delfines?». En su defensa, los pescadores de Taiji afirman que matan a los delfines con menos crueldad que antes, limitándose a seccionar la médula espinal. No es lo mismo que dice Sea Sheperd, que hace guardia en la zona cada año, en la campaña que denomina «Paciencia Infinita».
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