Al año llegarían a los 13 mil millones de dólares, sin mencionar el daño a los ecosistemas de corales y especies que confunden los restos con comida. Especial preocupación causan los micro-plásticos, que la industria de consumo incluye en pastas de dientes y gel, y que transmiten tóxicos que llegan a la cadena alimenticia. Ya se empieza a hablar de controlar la “huella del plástico”.
Los residuos plásticos provocan un daño financiero avaluado en 13 mil millones de dólares al año a los ecosistemas marinos y la cifra es probablemente una estimación que se queda corta, lo mismo que la preocupación por el impacto de los microplásticos, señala un informe entregado en el marco de la primera Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, UNEA, que tiene lugar en Nairobi, Kenia.
“La Valoración de los plásticos” revela que el impacto negativo generado por el uso de éstos en la industria de bienes de consumo, por los residuos que llegan al mar o la polución del aire debido a la quema, ascienden a 75 mil millones de dólares al año. El informe, que es parte del Anuario 2014 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dice que el 30% del costo se debe a las emisiones de la extracción de materias y del proceso de fabricación.
Del monto, lo que corresponde a contaminación en los océanos representa un estimado moderado. Los plásticos que terminan flotando en las aguas, se hunden en las profundidades o vuelven a las costas por las corrientes, dañan corales y causan muerte a especies como tortugas, delfines y ballenas; conocido es el hecho de que las criaturas confunden con alimento los restos de plástico. Es, además, fuente de contaminación química en las playas, perjudica el turismo y afecta la pesca y llega a nosotros por la cadena alimentaria.
“Los plásticos juegan indudablemente un papel crucial en la vida moderna pero los impactos medio ambientales no pueden ser ignorados”, advirtió Achim Steiner, Director Ejecutivo del PNUMA.
PROBLEMA EMERGENTE
Los micro-plásticos son el “tema emergente” del informe. Estos se refieren a partículas de hasta 5 mm de diámetro –manufacturados o como resultado de la fragmentación- que son ingeridas por aves marinas, peces, mejillones, lombrices y zooplancton. Lo alarmante es que la industria está utilizando micro-plásticos (como micro-perlas) en productos de consumo tan masivos como pastas de dientes, geles y limpiadores faciales, que terminan en cursos de agua, ríos y finalmente océanos, debido a que sus compuestos no pueden ser degradados en las plantas de tratamiento de aguas servidas.
Según el informe, producido por el Proyecto Divulgativo del Plástico (PDP) y Trucost, estas microesferas facilitan el transporte de patógenos y microbios, y constituyen una amenaza para organismos mayores como las ballenas, potencialmente expuesta por su alimentación.
Nuestra forma de vida y las tendencias de la industria anticipan que el uso del plástico va al alza, de allí la preocupación. Y la petición a compañías y consumidores que disminuyan sus desechos. PDT señala que así como hay huella de carbono, agua y bosques, hoy se hace necesario que la industria empiece a considerar la ‘huella del plástico’.
En la actualidad, por concepto de reciclaje de plástico se ahorran 4 mil millones de dólares al año y se estima que hay un potencial de ahorro mayor, pero hay que mejorar la divulgación de la gestión del plástico. “A través de medir, gestionar e informar sobre el uso y desecho de plásticos, las compañías pueden mitigar riesgos, maximizar oportunidades y ser más exitosos y sostenibles”, señaló el director de PDT.
Al respecto, el informe hace algunas recomendaciones: realizar campañas de sensibilización para evitar que los desechos plásticos lleguen al mar y de información sobre la capacidad de los plásticos para transmitir tóxicos que pueden llegar al plato a través de los alimentos marinos. Las compañías son invitadas a controlar el uso de plásticos y publicar los resultados de su gestión; además de reducir su impacto ambiental con metas claras y haciendo más eficiente el uso plásticos de reciclaje.
Para los consumidores y ambientalistas hay una aplicación que permite saber si un producto contiene microperlas de plástico, la que se puede bajar en http://get.beatthemicrobead.org/
“Estos informes –apunta el director de PNUMA- muestran que reducir, reciclar y rediseñar los productos que emplean plásticos puede traer múltiples beneficios para la economía verde: reducir el daño económico a los ecosistemas marinos y a la industria del turismo y la pesca, además de suponer un ahorro y oportunidades para la innovación de compañías al mismo tiempo que se reducen riesgos reputacionales”.
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