Pasos lentos, pero pasos al fin y al cabo. Desde algunos sectores hay indicios de que se admiten los desastres que está ocasionando la industria en el medio ambiente: una cadena hotelera que descarta la aleta de tiburón de su menú, la opción del plástico reciclado de un gigante tecnológico y las RR.PP. que se niegan a trabajar con negacionistas del Cambio Climático.
Es poco probable que de aquí en adelante se pueda tapar el sol con un dedo respecto a los problemas medioambientales. En el mundo empresarial lentamente se empieza a entender que los problemas son apremiantes y que irán en aumento si no cambian de actitud. Acá tres ejemplos, quizá simbólicos, pero esperanzadores respecto al futuro.
PLÁSTICO RECICLADO DE BAJO IMPACTO
Ayer la multinacionacional japonesa Sony anunció que desde octubre próximo comenzará a vender a otros agentes del área electrónica, tanto japoneses como extranjeros, el plástico resistente al calor que recicla de DVD y otros productos. Se trata de SoRPlas (plástico reciclado sostenible) que el gigante de la electrónica comenzó a usar en 2011, primero en televisores LCD y que ahora está presente en una amplia variedad de productos, como carcasas y componentes de cámaras y aparatos informáticos. El material de policarbonato altamente ignífugo (que protege contra el fuego) puede reciclarse en un 99%, comparado con materiales similares que utiliza la industria del sector y que contienen elementos reciclables en un 55%.
El material reciclado se muele, se lava y con una pequeña cantidad de aditivos ignífugos se transforma en SoRPlas, que tiene mayor durabilidad, pero también reduce las emisiones de carbono en un casi un 80%. Sony lo pondrá en venta al mismo precio del plástico resistente al calor tradicional, con el objetivo de promover el reciclaje y contribuir a reducir el impacto ambiental.
NO MÁS ALETAS DE TIBURÓN
Intentando colaborar con la protección de los tiburones y preservar la diversidad biológica de los océanos, la cadena hotelera Meliá anunció que retirará de sus menús de la zona del Asia Pacífico y de todos sus eventos, las aletas de tiburón.
La sopa de aleta de escualo es un apreciado platillo entre los asiáticos, pero el principal responsable de la caza de tiburones que sólo cercena las aletas y la mayoría de las veces devuelve al animal vivo al mar, el que termina por desangrarse y morir ahogado.
Cada año entre 70 y 100 millones de tiburones son cazados por esta razón, alterando el equilibrio de los ecosistemas marinos, donde él es la cima de la cadena trófica. Sólo como ejemplo, su ausencia en las zonas de corales permite la proliferación de otros depredadores que se alimentan de algas, lo que genera expansión de estas últimas y pone en riesgo las formaciones de arrecifes.
El impacto de la medida no es menor: la cadena española opera más de 350 hoteles (90 mil habitaciones) en 35 países.
NO CON LOS NEGACIONISTAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático es en buenas cuentas el eje en torno al cual los grandes líderes mundiales deben consensuar acuerdos globales que permitan bajar las emisiones de carbono que “calientan” la Tierra. Aunque el Panel de Expertos que estableció la ONU ha sido tajante respecto a la responsabilidad del hombre en el calentamiento global; sectores interesados, principalmente de la industria energética (carbón, petróleo, gas), han empujado y financian a los “negacionistas” o “escépticos” del cambio climático.
A propósito de un sondeo del Centro de Investigaciones del Clima, con sede en Washington y que realiza investigaciones sobre campañas de desinformación sobre el tema, el diario inglés The Guardian, hizo una encuesta paralela entre las principales firmas mundiales de relaciones públicas. ¿Resultado? Al menos diez de ellas señalaron que rechazan trabajar para empresas que niegan el cambio climático, tratan de bloquear las regulaciones de las emisiones de carbono o potenciar las energías renovables.
“La industria de relaciones públicas es un componente importante de la industria de tráfico de influencia que se extiende a través de Washington y el mundo, y están haciendo grandes sumas de dinero con compañías de energía y otros actores importantes conectados a los combustibles fósiles y políticas energéticas”, señala el fundador de Centro de Investigaciones del Clima.
Las empresas de RR.PP. son el eslabón encargado de crear los mensajes de las campañas de desinformación, son ‘la mano derecha de los poderosos en la industria y el gobierno, son muy influyentes’, señala alguien del sector. Que algunas de ellas se estén cuestionando el rol que juegan y negándose a clientes que buscan bloquear iniciativas, es una buena noticia. Más ahora, ad portas de los acuerdos que deberán tomarse en París 2015 para reemplazar el Protocolo de Kioto (el actual acuerdo para reducir gases).
Tweet