Hoy de casi 80 años, la inglesa que estudió a los chimpancés de Tanzania, recorre el mundo motivando a los jóvenes a moverse por proyectos que a algunos podrán parecer menores, vinculados con su comunidad o el planeta. Pero su visión va más allá… ella está apostando por los líderes del mañana, hoy.
Inglesa, 79 años, cualquiera a su edad quizás se dedicaría a los nietos y a una vida más bien tranquila. Jane Goodall, no. Todavía recorre el mundo entregando un mensaje que a ratos se ahoga entre tanto “ruido”: cuidemos el planeta, tomemos conciencia a diario de los pequeños actos que atentan contra su conservación.
Tras visitar Perú, pasó por Chile donde tuvo algunos encuentros con jóvenes, fue al Zoológico Metropolitano y tras observar a los primates afirmó que tienen un comportamiento sicótico, pues se arrancan el pelo, producto -según dijo- de malas experiencias de vida. Ciertamente, ningún zoológico es un buen lugar para los animales.
Lo sabe bien Jane Goodall, que dedicó buena parte de su vida al estudio de los chimpancés en África, convirtiéndose en una destacada primatóloga, doctorada en etología (comportamiento de los animales) de la Universidad de Cambrigde, derivando más tarde en conservacionista y activista.
En las charlas que da por el mundo cuenta que lo que nos separa de sus animales más queridos es apenas un 1% en términos genéticos. De las horas de observación allí, en la selva del Parque Nacional Gombe, Tanzania, aprendió también algo que de alguna forma esta aplicando ahora: las crías de las hembras que más tiempo habían dedicado a la crianza eran menos conflictivas y tenían mayor capacidad de liderazgo.
Es justamente ese su foco hoy, los niños y jóvenes. Su apatía –cree ella- es la mayor amenaza para el planeta y la humanidad. Por ello creó “Roots and Shoots” (raíces y brotes), un programa dirigido especialmente a ellos, parte importante de la misión del Jane Goodall Institute, que basado en sus investigaciones y visión humanitaria promueve la conservación, la educación ambiental y la promoción de modos de vida sostenibles.
SIEMBRA ESPERANZA
Hace años, en 1986, Jane dejó la observación de la naturaleza por la acción más directa, cuando supo que los chimpancés estaban en peligro de extinción (hace dos siglos había dos millones de chimpancés en África, hoy no más de 150 mil) y que en nombre de la ciencia se les maltrataba en laboratorios. Se transformó en activista y va por el mundo sembrando “esperanza”.
“Si somos la criatura más inteligente que ha pisado la Tierra, cómo es posible que estemos destruyendo el planeta”, se pregunta.
Dice en sus charlas que hemos arruinado el futuro de los jóvenes, el planeta se sigue calentando y es posible que tengamos que adaptarnos a un clima distinto. Pero si “perdemos” a nuestros chicos, podemos rendirnos como especie humana.
Ella no es de gestos y ni palabras rudas. No es el arquetipo del activista clásico, pero entiende la necesidad de un accionar más agresivo en determinados momentos. “Ese tipo de activista es muy, muy necesario, especialmente al comienzo de los movimientos… yo les estoy muy agradecida porque abren el camino y así yo puedo hacer lo que considero más importante, hablar con la gente que no piensa como yo”, señaló en una reciente entrevista.
Su filosofía es bien clara: “Solo si entendemos, podremos interesarnos. Solo si nos interesamos, podremos ayudar. Solo si ayudamos, podremos salvarnos”. Eso hace ella: cuenta, explica, motiva con pequeñas historias: “He visto con mis propios ojos que si se le da una oportunidad a la naturaleza, ella puede florecer aunque hayamos destruido todo un ecosistema”, afirma.
LOS LÍDERES DEL MAÑANA
“Roots and Shooots” está en 130 países con más de 17 mil grupos que forman una verdadera red. Operan a través de proyectos de aprendizaje que fomentan la empatía por todos los seres vivos. Los proyectos pueden ser compartidos con grupos de todo el mundo, “inspirándose mutuamente”.
Estos van de cosas tan simples como plantar árboles en la vereda de la escuela o más complejas como hacer reservas con viveros en Tanzania, como ocurrió en la campaña “Renacimiento de la Tierra, Árboles para el mañana”; la creación de un centro de atención para chimpancés huérfanos en el Congo; la campaña de la bolsa reutilizable o la que está en ciernes, “Esperanza para los animales y su mundo”, que llama a crear proyectos sobre especies en peligro de extinción que pueden ganar mini-becas para concretarlos.
De lo que se trata es que los jóvenes se involucren con los problemas del entorno más cercano y también aquellos globales. Lo que hace “Roots and Shoots” es ayudarles a implementar proyectos para resolver esas problemáticas, ‘inspirando hoy a los líderes del mañana’, según dice la página española del sitio.
Jane Goodall ha escrito 25 libros, diez de ellos dedicados a los niños, tiene decenas de títulos honoríficos de distintas universidades, recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2003 y en 2002 y 2007 fue nombrada Mensajera de la Paz de Naciones Unidas. Y también ha inspirado muchas películas.
Pero no hay que leer ni ver todo para entender su motivación, tan simple como poderosa: todos tenemos que tomar pequeñas decisiones en nuestra vida diaria, desde qué comemos, qué compramos, qué utilizamos para vestirnos, cómo tratamos a la gente, a los animales. Podemos decidir hacer la diferencia, “tú tienes un impacto en este mundo”, nos dice desde la pantalla del documental “Jane’s journey”.
Ella está apostando a que cientos de jóvenes empiecen a pensar de esta manera.
Tweet