Europa quiere prohibir clonación de animales para alimentación

Eso, en su territorio, pero los proyectos de la Comisión Europea permitirán vender carne extranjera de descendientes de animales clonados… Aunque el Parlamento quería alertar a los consumidores sobre el origen de ésta, el etiquetado en detalle no está contemplado; al parecer, por razones económicas.

Tres proyectos de ley para prohibir las técnicas de clonación de animales de granja  (bovinos y equinos) y la importación de estos animales, pero que permitirá la venta de carne de descendientes de clones extranjeros, son parte de las propuestas adoptadas por la Comisión Europea y que tras ser aprobados entrarían en vigor en 2016.

Se argumenta que “no se efectuarán clonaciones con fines ganaderos ni se importarán clones para tales fines mientras persistan las preocupaciones relativas al bienestar animal y a la percepción que tienen los consumidores de los alimentos derivados de clones”.

En concreto, se trata de una prohibición temporal del uso de la técnica de clonación de animales con fines alimentarios y de evitar la introducción de éstos en el mercado de la Unión Europea, como de carne o leche procedente de clones.

La carne de clonados no se consume porque es cara, pero se utilizan sus derivados (esperma y crías) para desarrollar descendencia con fines alimentarios.

No se prohibirá la clonación con fines científicos, para la conservación de razas raras y especies en peligro ni el uso de animales para elaboración de medicamentos y productos sanitarios.

Sin embargo, permitiría la venta de carne de descendientes de animales clonados, provenientes de EE.UU., Brasil o Argentina. Esta salvedad, al parecer, intenta evitar una confrontación con Estados Unidos, país con el que se negocia un tratado de libre comercio.

Las importaciones de carne bovina a la UE pueden llegar a 500 mil toneladas cada año, provenientes de los países mencionados, donde la clonación es legal pero no existe un sistema que controla la trazabilidad. Por lo tanto, el etiquetado de éstos tampoco figura en el proyecto de la UE.

El Parlamento Europeo quería un sistema claro que alertará a los consumidores sobre carne de descendiente de clones; con el detalle de si era segunda, tercera o cuarta generación. Pero el proyecto que salió luego de tres años de discusiones en la Comisión y con los Estados miembros, al final no lo contempla.

Y es que la medida del etiquetado explícito habría obligado a los exportadores a implementar controles de trazabilidad y a la UE a prohibir las importaciones de no cumplir con la exigencia. En la memoria aún está fresca la polémica de 1988 por la carne bovina con hormonas, que enfrentó comercialmente por varios años a EE.UU. con Europa e incluyó amenazas de sanciones económicas del primero y cese de importación de carne de la segunda.

En 2008, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evaluó científicamente los riesgos de la clonación y concluyó que no había indicios de diferencias en cuanto a seguridad alimentaria entre la carne y leche de los clones y sus crías y las de los animales reproducidos de forma convencional. Este dictamen fue confirmado en 2009, 2010 y 2012.

La clonación animal es una técnica relativamente nueva de reproducción de animales. La clonación no implica una modificación genética. Un clon no es un OMG. La técnica de la clonación no mejora el rendimiento de los animales. No obstante, los criadores recurren a la clonación para aumentar la cantidad de material reproductivo (esperma o embriones) de animales especialmente valiosos.