Mañana tendrá lugar en Chile la segunda marcha por la Defensa y Recuperación del Agua, que no atañe solo al campesino que no puede sembrar. También al que vive en la ciudad y paga una tarifa por servicios de los más caros de América Latina y porque se verá afectado si se destruyen glaciares o se construyen hidroeléctricas para abastecer a mineras y no a la población.
Convocaron en el Día Mundial de La Tierra, el pasado 22, respaldados por más de 70 organizaciones de trabajadores rurales, defensores de los ríos y bordes costeros, movimientos anti-represas y ecologistas, y esperan reunir a muchos por lo que a estas alturas es de sentido común y afecta a todos: el derecho al agua.
Mañana sábado, a partir de las 10.30 horas, y para reunirse en un acto central desde las 14 horas en Plaza Almagro, tendrá lugar la Segunda Marcha por la Defensa y Recuperación del Agua. Allí, muchas de las comunidades a lo largo de Chile, “a las que se les han secado las napas, los ríos y las norias”, darán testimonio de su drama, según la representante de “los campesinos sin agua” (Frente Amplio de Melipilla), y sin la cual no pueden producir alimento.
No son los únicos, el problema del agua es mundial. Y en Chile tiene ribetes incomprensibles. “El Código de Aguas permite hechos como la entrega perpetua de derechos a privados que no tienen tierra; este el único país del mundo donde el agua está privatizada a favor de las grandes mineras, forestales, hidroeléctricas y agroindustria”, explica Rodrigo Mundaca, ingeniero agrónomo, del Movimiento de Defensa del Agua, Protección de la Tierra y Respeto al Medio Ambiente, MODATIMA. El profesional, recuerda, además, que gracias a la privatización de las empresas sanitarias los chilenos pagan las tarifas más altas de agua de América Latina.
BIEN NACIONAL Y ¿ECONÓMICO?
Ese el nudo central del problema. El mencionado código, de 1981, considera el agua como un bien nacional de uso público y al mismo tiempo un bien económico. Es decir, es patrimonio colectivo, pero su gestión y aprovechamiento está sujeto a criterios de libre mercado y normas de la propiedad privada.
Es lo que buscan cambiar todos los promotores de este movimiento por el agua y que expone claramente y en detalle la iniciativa Agua que has de beber, que pretende ser puente entre el mundo civil y las autoridades para lograr un cambio legislativo y a nivel constitucional.
La escasez hídrica que sufre Chile no sólo es por la sequía que afecta a la zona centro- norte. El fenómeno natural, acentuado por el cambio climático provocado por el hombre, se ve agravado por la administración del recurso. De allí, la gran cantidad de organizaciones movilizadas, pues se requiere un cambio al sistema para lograr una reforma que consagre el agua como bien nacional de uso público.
La demanda por el acceso al agua, de calidad, se da en todo el mundo. Y aunque parece algo obvio, ha requerido luchas. La ONU la declaró un “derecho básico esencial para la vida”, recién en 2010. Según el organismo, el 40% de la humanidad sufrirá escasez hídrica para 2030. Y hoy casi mil millones no tienen agua potable ni sistema sanitario. En la Unión Europea la conciencia sobre la importancia de que el recurso no sea objeto privatizaciones tiene larga data y fuerte presencia en la agenda pública.
Soluciones como “carreteras hídricas, entubamiento de canales o el bombardeo de nubes financiados por empresas, son falsas soluciones”, en la mirada de la Asamblea de Huasco Alto, de las comunidades más golpeadas por la sequía, que ya han sufrido los impactos negativos de ésta, con la migración de su población rural y la contaminación de sus aguas por proyectos como Pascua Lama.
En la agenda gubernamental chilena el tema del agua se discutirá sólo a partir del segundo semestre, en espera de un informe de propuestas del Delegado Presidencial para los Recursos Hídricos –recién asumido en 16 de Abril-, sobre construcción de obras y generación de políticas públicas.
Entre tanto, imposible cruzar los brazos. Desde la Campaña No al Alto Maipo, que defiende los glaciares comprometidos en el proyecto de AES Gener-Luksic que destinará toda la producción de energía a la minera Los Pelambres (Luksic) en la IV Región, advierte: “Este proyecto -que beneficia sólo a estos conglomerados económicos- hipoteca el abastecimiento seguro de agua potable para una ciudad en la que vive más del 40% de la población nacional. A eso, hay que sumar la proyección de crecimiento demográfico de Santiago para los próximos 10 ó 15 años, quienes difícilmente tendrán agua si se afecta a la cuenca más importante y estratégica de Chile”.
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