10 millones de dólares por la muerte de los cisnes en el Río Cruces

Uno de los mayores de desastres medioambientales de la última década en Chile, que tuvo en la muerte de los cisnes de cuello negro su emblema, culminó en un acuerdo entre la Celulosa Arauco y el Consejo de Defensa del Estado. La mitad del dinero va al fisco, el resto a programas de desarrollo comunitario por definir. Mientras esto ocurría, en la misma zona del Río Cruces se encontró un centenar de peces muertos y bañistas con erosiones cutáneas… El caso se está investigando.  

Cinco mil 200 millones de pesos chilenos, unos diez millones de dólares. Esa es la cantidad dinero acordada entre el Consejo de Defensa del Estado y Celulosa Arauco y Constitución (CELCO), como indemnización por uno de los mayores desastres medioambientales del último tiempo: la contaminación del Río Cruces de Valdivia, ocurrida a fines de 2004 y que provocó la muerte de cientos de cisnes de cuellos negro y la emigración de las aves de los humedales del Santuario Andwanter por las dioxinas y metales pesados vertidos por la planta.

El acuerdo contempla 2.600 millones de pesos chilenos para el fisco como indemnización del daño ambiental y los otros 2.600 serán destinados a programas de desarrollo comunitario aún no definidos.

No obstante, no está todo zanjado. Parte de la sentencia de julio de 2013 que la condenó a pagar por el daño ambiental y a la que la empresa no apeló, está aún pendiente: diagnóstico del humedal; creación de un humedal artificial, centinela; programa de monitoreo ambiental de la empresa y creación de un centro de investigación de humedales. Tampoco está claro el monto a invertir en estos cuatro puntos, pero deberían estar diseñados a mediados de este año, según informó la forestal.

En el fallo condenatorio, la jueza Gloria Hidalgo sostuvo que la única causa del daño ambiental es el vertimiento ilícito de riles (residuos industriales líquidos) al caudal del Río Cruces, situación no contemplada por la Resolución de Calificación que autorizó el funcionamiento de la planta.

La Comisión Regional del Medio Ambiente, COREMA, autorizó la instalación de Celulosa Arauco el 30 de octubre de 1998 para la obtención de 550 mil toneladas anuales de celulosa. Entró en operaciones en febrero de 2004, ubicada a 500 metros de la ribera sur  del Río Cruces, San José de la Mariquina, en cuyo cauce está el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwanter (humedales).

El fallo señala que la instalación de la planta “sin cumplir con las exigencias técnicas del proyecto ni con las obligaciones ambientales, han causado y continúan causando un catastrófico daño ambiental en el ecosistema constituido por el Humedal del Río Cruces que pone en peligro su existencia misma”.

El humedal ha albergado centenares de especies, entre mamíferos, reptiles, aves, anfibios e insectos, entre ellos la más típica el cisne de cuello negro. Y “ha sido reconocido –dice el fallo- como el sostenedor de la mayor diversidad de la flora acuática y palustre de todo el país…  la riqueza de la flora  de este ecosistema lo convierte en único y de enorme valor. El luchecillo conformó una comunidad tan extensa que pobló 23 kms., hoy, ya no existe en el Santuario”.

AHORA PECES MUERTOS

Mientras este acuerdo se daba a conocer el pasado viernes 17, un centenar de peces muertos, truchas, pochas y puyes eran encontrados muertos en las cercanías del puente Rucaco, a orillas del río del mismo nombre, que es un afluente del Río Cruces, en tanto que cuatro bañistas constataron lesiones cutáneas en el hospital local.

El lugar del hallazgo está a 1,5 kilómetros aguas abajo de la descarga de la planta de celulosa.

El fiscal medioambiental de Valdivia a cargo de la investigación, señaló que pedirá información a CELCO sobre su funcionamiento durante esos días.  Funcionarios de Sernapesca y de la brigada de delitos medioambientales de la PDI, Bidema, recogieron muestras que serán analizadas en laboratorio.

Las personas que presentaron erosiones cutáneas y que llegaron hasta el Hospital de San José de la Mariquina afirmaron haberse bañado en el Río Cruces en la zona donde se encontraron los peces muertos.

Además, el mismo viernes la junta de vecinos de Rucaco hizo una denuncia ante Carabineros, pues unos días antes desconocidos destruyeron una torre de monitoreo del caudal del Río Cruces, perteneciente al MOP. La investigación de la misma fue derivada a la PDI.

Los vecinos sospechan de la planta, aunque no descartan que las altas temperaturas puedan haber influido.