Septiembre 11, 2013
La Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de Aysén le dio luz verde ayer a la central Hidroeléctrica Río Cuervo (640 MW), que es la primera de un megaproyecto que incluye otras dos, Blanco (375 MW) y Cóndor (50 MW), en la Patagonia. Es la segunda mayor hidroeléctrica aprobado en los últimos diez años, después de HidroAysén.
El proyecto de Energía Austral (de la australiana Origin Energy y la suiza Glencore Xstrata) había sido paralizado en mayo de 2012 por la Corte Suprema, luego de acoger un recurso de protección de organizaciones ecologistas y ciudadanas que rechazaron la aprobación que había dado entonces el CEA de Aysén, en desmedro de un estudio previo en el cual el Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin, recomendaba no aprobar debido a una falla geológica donde se instalará la central.
Entonces, la Suprema ordenó realizar nuevos estudios de suelo para reevaluarla, así es como ayer el CEA de Aysén aprobó por unanimidad el nuevo Informe Consolidado del Estudio de Impacto Ambiental de Río Cuervo.
Pero la oposición al proyecto sigue en pie, pues hay un serio cuestionamiento al sistema de evaluación de Impacto Ambiental de Aysén: “Cinco veces se ha estimado que al estudio de impacto ambiental del proyecto le faltaba información relevante y se han ido subsanando esos errores. Entonces, cuando tienes una institucionalidad que no da el ancho para poder ponerle freno a ciertos proyectos, que se van arreglando sobre la marcha, obviamente que no tenemos la confianza como ciudadanos”, dice Erwin Sandoval de la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida.
En la falla geológica de Liquiñe-Ofque, donde se construirá la represa (en la Región de Aysén, a 110 kilómetros de Coyhaique), se mantiene en actividad el volcán Hudson y es una zona de alto riesgo, dicen los vecinos. Por ello y pese a que desde la Intendencia, que encabeza el CEA, se puso como condición para aprobar la iniciativa que los habitantes de Aysén reciban una rebaja en las tarifas eléctricas, que se mejoren caminos e incluso que se construya infraestructura turística, las organizaciones que se oponen insistirán judicialmente para paralizar la obra. Hasta el senador Antonio Horvath (RN) anunció la presentación de un recurso judicial, debido a todas las irregularidades que se han cometido en el proceso. Y se reabre el debate sobre la forma en que se evalúan los proyectos con impacto ambiental y la «inoperancia del sistema» (ver carta de ingeniero, doctorado en ecología de los ríos, publicada sobre el tema).
Por ahora, la central cuya inversión alcanza los 733 millones de dólares y que inundará una superficie de 5.924 hectáreas (HidroAysén contempla 5.910) debe esperar la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Y presentar el trazado de línea de transmisión de cerca de 600 kilómetros que lo unirán al Sistema Interconectado Central, tiempo con el que cuentan los activistas opositores. Entretanto, Energía Austral, quiere avanzar en la presentación a trámite ambiental de las dos centrales que completan el proyecto, Blanco y Cóndor.