Detectan nuevos gases que destruyen la capa de ozono

El descubrimiento en los ‘80 de un agujero sobre la Antártica en la capa que nos protege de los rayos ultravioletas, no es historia pasada. Científicos británicos encontraron otras sustancias que siguen dañando dicha estructura y cuya acumulación a 2012 llegó a 74 mil toneladas. No es demasiado, pero se desconocen sus fuentes…

Cuatro sustancias nuevas que debilitan la capa de ozono y que son emitidas por actividades humanas fueron descubiertas por un equipo de investigadores británicos, según un estudio publicado esta semana en la revista Nature Geoscience.

En 1985 otros científicos también británicos –del British Antartic Survey-  descubrieron un agujero en la capa de ozono de la Antártica, que motivó la firma del Protocolo de Montreal dos años más tarde, restringiendo las sustancias que lo producían a partir de 1989. La estructura, ubicada a unos 30 kilómetros de la superficie terrestre, es vital para filtrar los rayos ultravioletas que pueden causar cáncer y problemas de reproducción en los animales.

Las sustancias restringidas eran clorofluorocarbonos (CFC), con una supervivencia de entre 50 y 100 años en la atmósfera, ampliamente usados en aerosoles y refrigeración e inventados en los años 20 del siglo pasado. Esta vez, investigadores de la Universidad de East Anglia, del Centro de Océanos y Ciencias Atmosféricas de la Facultad de Ciencias Ambientales, descubrieron otros tres (CFC) y un hidroclorofluorocarbono (HCFC).

Para el estudio se analizó la composición de muestras de aire no contaminado recogidos en Tasmania entre 1978 y 2012 y extraídos de burbujas en la nieve profunda de Groenlandia en 2008. Los cuatro compuestos comenzaron a surgir en la atmósfera en 1960 y dos de ellos siguen acumulándose. Los investigadores estiman que la suma de los cuatro gases combinados a 2012 superaron las 74.000 toneladas.

La cifra es pequeña, dicen, si se comparan con las emisiones en los ‘80 de otros CFC, de más de un millón de toneladas cada año. Sin embargo, no saben cuales son las fuentes emisoras, pero claramente son contrarias al protocolo de Montreal y se acumulan. Fuentes posibles, han declarado, son químicos usados en la producción de insecticidas o solventes para la limpieza de componentes electrónicos.

Según los últimos datos entregados por el sistema de monitoreo Ozone Monitoring Instrument (OMI) de NASA, el agujero sobre la Antártica en 2013 fue ligeramente menor que el promedio de las últimas décadas. El tamaño medio de éste entre septiembre y octubre de 2013 fue de 21 millones de kilómetros cuadrados. El tamaño medio en los ’90 fue de 22.5 millones de kms. cuadrados, mientras el agujero más grande registrado por los satélites fue de 29.9 millones de kms. cuadrados en septiembre de 2000.

La siguiente animación de NASA muestra la evolución de la zona entre julio y octubre de 2013.
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