El director de “Gravedad”, Alfonso Cuarón, creó una página web y publicó avisos a página completa en diarios con 10 preguntas a Enrique Peña Nieto sobre la reforma energética que privatizó el petróleo y la electricidad. Se pregunta el realizador cuándo bajaran los combustibles en su país, si hay medidas contra la contaminación y los derrames de crudo, quién asumirá la responsabilidad ante ellos y si desarrollarán energías alternativas… aún no hay respuesta.
¿Tiene alguna necesidad un cineasta consolidado, ganador de 8 estatuillas incluida la de Mejor Director en la última entrega de los premios Oscar del cine norteamericano por su filme “Gravedad”, de polemizar entrando a la política contingente de su país, México, donde seguramente pasa muy poco tiempo, pues vive en Londres?
Ninguna. Pero Alfonso Cuarón lo hizo este lunes. Al pagar avisos de página completa en diversos diarios de su país, además de levantar una página web (disponible –además- en inglés, alemán, italiano, portugués, francés) donde eleva 10 Preguntas al presidente de su país, Enrique Peña Nieto, a propósito de la cuestionadísima reforma a la política energética del gobierno. Esta fue aprobada en tiempo récord el año pasado por el Congreso y permitirá a empresas extranjeras explotar y explorar reservas petroleras mexicanas, un bien que fue nacionalizado hace 75 años como símbolo de la independencia del país.
El cambio, que implica una reforma a la Constitución, permitirá que los privados inviertan en las compañías estatales de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Cuarón encabeza el cuestionario preguntando:
- ¿Cuándo bajarán los precios del gas, gasolina, combustible y energía eléctrica? ¿Qué otros beneficios se esperan de la reforma y cuál es el cronograma de ellos?
- ¿Qué afectaciones específicas habrá al medio ambiente con prácticas de explotación masiva? ¿Qué medidas se tomarán para protegerlo y quien asumirá la responsabilidad en caso de derrames o desastres?
- Los hidrocarburos son recursos no renovables y su impacto en el medioambiente es enorme. ¿Existen planes para desarrollar tecnologías e infraestructuras de energía alternativa en nuestro país?
El cineasta se plantea “como un ciudadano preocupado por el destino de México” y no como un experto. Señala que lo hace desde “la más absoluta independencia política”, pues Nieto, quien ya había sido acusado antes por Cuarón de estar “vendiendo México”, había señalado que el realizador estaba desinformado y desconocía el alcance de las reformas.
“Mi falta de información no es atribuible a ‘grupos de oposición’ que han ‘generado desinformación’. La razón es más simple: el proceso legislativo y democrático de estas reformas fue pobre y ha carecido de una discusión profunda”, señala la misiva.
“De la reforma aprobada derivan contratos multimillonarios. En un país con un Estado de derecho tan endeble (y muchas veces inexistente) ¿cómo podrán evitarse fenómenos de corrupción a gran escala?, dice en otra de sus interrogantes Cuarón, quien también pregunta sobre las medidas para evitar que los privados depreden los recursos mexicanos y para impedir las presiones a la democracia de las transnacionales petroleras que “en el mundo tienen tanto poder como muchos gobiernos”.
Peña Nieto se limitó a responder vía Twitter que sus interrogantes serán respondidas luego de que se presenten leyes secundarias de la polémica reforma.
Ya antes otros intelectuales han cuestionado la iniciativa que privatiza el petróleo y la electricidad. Incluso, hace unas semanas y acompañado por la reciente ganadora del Premio Cervantes Elena Poniatowska, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) inició los trámites para intentar llevar la reforma a consulta ciudadana.
Los desastres que han causado (de los últimos en el Golfo de México en 2010), los intereses petroleros en el mundo ya no son posibles de esconder. Las voces que se escuchan en todas partes abogando por la energía limpia, renovable y que no aumente el calentamiento global ya parecen majadería. Pero la adicción por el petróleo no cesa… Seguramente hacen falta más “ciudadanos preocupados” que levanten la voz.
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