El planeta Tierra en números rojos

Hace dos días, el 19 de agosto, se registró el ‘Día del Sobregiro de la Tierra’, concepto que alude a que la humanidad ya agotó su «presupuesto anual ecológico». No es para celebrarlo. Al contrario. Marca el punto en que nuestra huella ecológica supera la capacidad del planeta para regenerar lo que hemos consumido.   

Menos de 8 meses. El pasado 19 agosto, hace dos días, fue la fecha exacta en que este año se registró el Día del Sobreconsumo de La Tierra, donde no hay nada que festejar. Se trata simplemente de que en menos de 8 meses la humanidad consumió los recursos naturales disponibles para todo 2014 y entró en sobregiro, marcando el punto en que nuestra huella ecológica supera la capacidad del planeta para regenerase.

Según estimaciones de Global Footprint Network, que analiza la evolución de la huella ecológica, si mantenemos esta tendencia para abastecernos en 2050 necesitaríamos al menos 3 planetas. La fecha se ha ido adelantando progresivamente. En 2000 este día, que actúa como indicador de la velocidad con las que nos estamos devorando el planeta, fue el 1 de octubre; en 2013 fue el 20 de agosto y este año nos adelantamos un día.

¿Cuándo empezó esto? En 1961 la humanidad utilizaba alrededor de tres cuartas partes de los recursos ecológicos de la Tierra disponibles en materia de alimentos, fibras, maderas y capacidad para absorber gases de efecto invernadero. Fue a comienzos de la década de los 70 que crecimiento económico y demográfico mundial aumentó la huella de la humanidad más allá de la capacidad del planeta para renovar sus recursos.

EL MAYOR RETO DEL SIGLO XXI

Según Global Footprint Network –think tank internacional sobre sostenibilidad presente en Europa, Asia y América del Norte-, los países de más bajos recursos son los más amenazados por este ‘sobregiro’, allí donde vive el 72% de la población mundial, incluyendo 2 mil millones de personas que no pueden satisfacer necesidades básicas.

“A medida que el aumento de las restricciones de capitales naturales afectan la capacidad de crecimiento de nuestras economías, abordar las desigualdades es más difícil… éstas podrían amplificarse y tensionar aún más la frágil economía mundial”, afirma Mathis Wackernagel, presidente de la entidad y co-creador del recurso de contabilidad métrica Huella Ecológica, para quien el sobregiro global “se está convirtiendo en un reto definitivo del siglo 21”.

Aunque el Día del Sobreconsumo es un concepto creado sobre la base de estimaciones temporales, es una aproximación científica que  permite tomar conciencia de la brecha entre la demanda y los recursos naturales y servicios ecológicos que la Tierra puede proveer.

Es parecido a lo que ocurre cuando nuestros gastos superan a los ingresos… sólo que es peor, porque nos estamos gastando capital “natural” y el “sobregiro ecológico” es cada vez más evidente: el cambio climático ocurre porque emitimos más gases efecto invernadero de los que pueden absorber bosques y océanos; pero además han disminuido las áreas forestales que acarrean una constante pérdida de biodiversidad de fauna y flora y erosión de suelo, mientras los recursos pesqueros van en picada y hay escasez de agua dulce.

Hoy el 86% de la población mundial vive en países que demandan más de lo que la naturaleza de sus propios ecosistemas puede renovar. Y se necesitaría un planeta y medio para producir los recursos ecológicos renovables para satisfacer esa demanda. Una proyección moderada en cuanto a población, energía y alimento sugiere que se requeriría la biocapacidad de tres planetas de aquí a mitad de siglo. Lo que es físicamente inviable.

El restante 14% de población vive en países como Brazil o Australia que aún tienen una menor huella ecológica que su biocapacidad de regeneración. Para ellos el reto es preservar estas riquezas como activos para el futuro y no buscar ganancias a corto plazo. Esto, sin embargo, no quiere decir que queden exentos de los riesgos del sobreconsumo: los costos del daño ecológico trascienden las fronteras, afectan a la humanidad entera.

Entre las acciones a tomar por los gobiernos, que impulsa Global Footprint Network, figuran resguardar los recursos, hacer planificaciones urbanas inteligentes, crear programas de planificación familiar no coercitivos, hacer reformas fiscales ecológicas (impuestos), transitar hacia energías renovables, apoyar la innovación tecnológica, establecer normas de construcción y estrategias de inversión ‘verdes’.

Socios de GFN en la campaña constante por concientizar sobre uso racional de recursos, son WWF que en septiembre entregará su reporte bianual Planeta Vivo, sobre la salud del planeta y el impacto de la actividad humana. Entre tanto, un video de apoyo.