Reino Unido: triste récord de decomisos de especies protegidas

La Aduana inglesa incautó 93 animales vivos, objetos de marfil, cuernos de rinoceronte e incluso un Roll Royce tapizado con piel de caimán. Aunque medidas como la quema de toneladas de marfil en EE.UU. para detener el comercio ilegal puede ayudar, lo esencial es el compromiso de la sociedad por la conservación.

Entre abril de 2012 y 2013 la aduana británica logró un triste record de decomisos en productos fabricados o derivados de animales prohibidos por estar en peligro de extinción. La cifra se elevó a 690 e incluye dientes de hipopótamo, colmillos de morsa, 93 animales vivos, entre ellos innumerables tortugas y 8 felinos.

No podían faltar los cuernos de rinoceronte y 326 objetos de marfil proveniente de colmillos de elefante, que suponen la muerte de cientos de animales cada año. Aunque medidas como la quema de 7 toneladas de marfil en EE.UU. pretenden desincentivar este comercio ilegal que vulnera especies protegidas, sigue faltando mucho camino para que quienes compran dejen de hacerlo.

“Los niveles de explotación de algunos animales y plantas son elevados y su comercio, junto con otros factores, como la destrucción del hábitat, es capaz de mermar considerablemente sus poblaciones e incluso hacer que algunas especies estén al borde de la extinción”, señala la Convención sobre Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, CITES, que le permite a las aduanas requisar productos.

El texto de esta Convención se firmó 1973 y entró en vigencia dos años más tarde, con la firma de 80 países. Hoy adhieren a él 179, pero su mandato y misión no es evitar el comercio a toda escala, sino sólo que se realice a “niveles sostenibles”.

Entonces, sigue siendo urgente la educación sobre conservación y el respeto por todas las formas de vida.

Entre todo lo incautado impacta la excentricidad: un Rolls Royce tapizado con piel de caimán, una “¿pieza de arte?” de un cráneo humano con una paloma en peligro de extinción entre los dientes, chales de lana de antílope tibetano, libros forrados con piel de elefante.

Además, había zapatos de piel de serpiente y cocodrilo, corales y 3.890 kilos de medicinas con extractos de especies protegidas, como vitaminas, y productos cosméticos, entre ellos cremas faciales con extracto de caviar.

«Los grupos organizados de delincuentes intentan introducir lo que sea si creen que pueden sacar beneficio y los productos animales pueden valer millones en el mercado negro», explicó el secretario de Estado de Inmigración, Mark Harper.

En octubre pasado, la presión de grupos de defensa de los derechos de los animales llevó al sitio de venta por Internet Amazon, al menos en su apartado inglés, a prohibir la venta de cualquier producto o derivado de animales en peligro, incluyendo ballena, delfín, marfil y el cada vez menos popular foie gras.