Pérdidas de propiedades que quedarán bajo el nivel del mar y en la agricultura, aumento de las temperaturas que bajarán la productividad y elevarán la demanda por aire acondicionado, son parte de los riesgos evaluados en el primer informe financiero sobre el tema. Mientras, cuatro ex directores republicanos de la EPA, piden al Congreso medidas: ya no hay tiempo de discutir “la evidencia científica aplastante”, dicen.
Los negacionistas del cambio climático de a poco parecen ir perdiendo terreno en el segundo mayor país contaminador del mundo, EE.UU. Estudios para mostrar las huellas y la evidencia del calentamiento global, brotan a cada rato. Esta semana hombres de negocios presentaron el primer informe en que se evalúan los riesgos para la economía y los costos para las empresas. Y días antes, republicanos que lideraron la agencia ambiental norteamericana, urgieron al Congreso a tomarse en serio el tema y adoptar medidas; correligionarios del partido que hasta ahora ha frenado cualquier intento al respecto. Son buenas noticias, dado que sin ellos es imposible avanzar en una agenda mundial para contrarrestar el fenómeno.
AFRONTAR EL RETO Y LIDERAR EL CAMBIO
El ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, gran promotor de la vida sana en su mandato, filántropo y magnate, es uno de hombres tras el estudio Los riesgos económicos del Cambio Climático en EE.UU.: “Con los océanos en aumento y el cambio de clima, el informe detalla los costos de la inacción en formas que son fáciles de entender, en dólares y centavos imposibles de ignorar”, dice directo.
Las estimaciones van hasta el año 2100 y si a alguien le parece exagerado, lo dicen de inmediato: los efectos son acumulativos, por no actuar hoy para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se ponen en marcha procesos que aumentan los riesgos generales de mañana; “en cierto modo, el cambio climático es un préstamo de interés que ponemos sobre las espaldas de las generaciones futuras”.
Los riesgos apuntan a tres aspectos:
– Las pérdidas por propiedades costeras e infraestructura, que para 2050 estarán bajo el nivel del mar, llegarían hasta 106 mil millones de dólares; para 2100 a 507 mil millones. Las pérdidas anuales por concepto de huracanes y tormentas en la costa oeste y Golfo de México, sólo por el aumento del nivel de mar, serían de 42 mil millones de dólares.
– Para mediados de siglo el americano promedio vivirá entre 27 y 50 días cada año con temperaturas por sobre los 95° F (35° C); los trabajadores al aire libre reducirán su productividad en 3%. A más largo plazo, el calor superaría el umbral en que el cuerpo resista sin aire acondicionado y se enfrentará a riesgos de salud y muerte potencial. La demanda por electricidad por este concepto aumentará y también los costos para los consumidores.
– El calor extremo en centro y sur del país, ocasionaría una pérdida de entre 50% y 70% de cultivos anuales de maíz, soya, algodón y trigo. Las temperaturas más cálidas del norte podrían mejorar la productividad de los cultivos en el norte.
Los responsables de la iniciativa hacen un llamado a las empresas norteamericanas a “afrontar el reto y liderar el camino para ayudar a reducir los riesgos climáticos”; afirman que éstas deben ayudar a sector público a establecer reglar que muevan al país en “una dirección más sostenible”.
LOS DUROS REPUBLICANOS
Pero ninguna normativa en esa dirección ha logrado pasar la barrera del Congreso norteamericano, con mayoría republicana. Ante el fracaso total durante su primer mandato de aprobar leyes allí, ahora Obama ha recurrido a sus atribuciones ejecutivas para impulsar parte de su programa ambiental; bajar en un 30% las emisiones de CO2 de sus plantas de energía -que algunos consideran la decisión más importante del área en los últimos 40 años- y hace unos días crear un santuario marino en el Pacífico y frenar la pesca ilegal.
Por ello no es menor que cuatro ex directores de la U.S. Environmental Protection Agency (EPA), durante las presidencias republicanas de Richard Nixon, Ronald Reagan, George Bush y de su hijo, George W. Bush, hayan alzado la voz para decir: “hay un consenso científico sobre el clima, necesitamos ahora un consenso político”.
Los veteranos señalaron que ya no hay tiempo para discutir “el veredicto aplastante de los científicos… republicanos y demócratas supieron coincidir en objetivos comunes cuando comenzó la política de protección del medio ambiente (en los años ’70), es urgente que lo hagan de nuevo”, declararon.
Pese a las evidencias, los republicanos son duros y aún consideran que se trata de un fraude, que sólo pretende controlar el sistema de vida del pueblo norteamericano. Según las últimas encuestas, un 67% apoya medidas contra el cambio climático.
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