Lo que dejó la Cumbre del Clima

Hubo discursos de intenciones, sí. Pero también la manifestación ya no de los clásicos activistas, sino de ciudadanos del mundo que revitalizaron el movimiento verde y una serie de acuerdos significativos de la sociedad civil, como detener la deforestación de aquí al año 2030, que ahora dejan en las manos políticas, la toma de decisiones claves. 

Es verdad que en la Cumbre del Clima en Nueva York no se firmó ningún acuerdo. Pero no era para eso. Tras cinco años desde la última vez que los jefes de Estado y gobierno se reunían para hablar del tema, hay grandes diferencias y razones para albergar ciertas esperanzas.

A diferencia de Copenhague 2009, donde muy pocos sostuvieron un discurso al respecto, esta vez todos se pronunciaron sobre el tema, partiendo por mencionar a las más de 300 mil personas que marcharon allí y otras tantas en muchas ciudades del mundo. Más tarde Al Gore, ex vicepresidente que ha hecho del clima su causa, lo reconoció: “No hay duda que un gran impulso se generó aquí…”

Quedó sentado que la preocupación medioambiental no es tema exclusivo de las ONGs sobrepasadas en revoluciones y se revitalizó el movimiento verde. Y que los líderes –lo reconoció el mismo Obama-, no pueden desoír su llamado. Y claro, hubo muchos discursos, pero todos manifestando intención de compromisos que abren las puertas a concretar políticas más enérgicas en París 2015, con un acuerdo vinculante para todos los países; especialmente los más contaminantes, China, EE.UU. e India.

Ya nadie puede negar los cambios climáticos advertidos por la ciencia, pues en cada país se están viviendo con escasez de lluvias y pertinaces sequías, cuando no inundaciones o eventos extremos. DiCaprio lo sintetizó breve: “no es retórica, no es histeria. Es un hecho”. Los cabilderos negacionistas del fenómeno se van quedando solos; como ejemplo, esta misma semana el gigante Google anunció que corta vínculos con una influyente red de derecha que trabaja con republicanos y grandes corporaciones que niegan el fenómeno en EE.UU.

LOS AVANCES

En concreto, sí hubo avances. La Declaración de Nueva York sobre los Bosques, comprometió a más de 150 socios, 36 gobiernos, 35 empresas, 16 grupos indígenas y 45 ONG y grupos de la sociedad civil a reducir a la mitad la pérdida de los bosques naturales en todo el mundo a 2020 y terminar con ella en 2030. Lamentablemente aquí, Brasil, actor esencial, no figura. Y hay otros acuerdos paralelos como el convenio entre Perú y Noruega para proteger la Amazonía.

El efecto no es menor, se promete recuperar más de 350 millones de hectáreas degradadas, similar a la superficie de India. Esto podría reducir las emisiones en 4.500 y 8.800 toneladas de C02 al año 2030, equivalente –según se estima- a retirar de circulación todos los autos del mundo.

Veinticuatro productores mundiales de aceite de palma y multinacionales del sector de la alimentación que trabajan con la materia prima se comprometieron a la meta de deforestación cero para 2020 y a asegurarse un suministro de cadenas sostenibles. Además, hubo compromisos de minoristas del mercado de la carne y productos agrícolas a bajar emisiones de sus cadenas de suministros, mientras varias potencias europeas comprometieron políticas para la importación sostenible de productos como la soya y la madera.

Hubo importantes donaciones al Fondo Verde del Clima, donde países ricos comprometen dineros para paliar los efectos del clima en países más vulnerable; más de 1.000 empresas e inversionistas de 73 países acordaron poner precio al carbono; mientras 228 ciudades tienen metas voluntarias de reducción de emisiones y hubo acuerdos similares con alcaldes de otras 2 mil urbes. También se cuenta la desinversión en combustibles fósiles por 50 mil millones de dólares de instituciones y empresas. Y el compromiso del sector financiero, de seguros y fondos de pensiones de millonarias inversiones bajas en carbono.

FALSO DILEMA

Por último, el dilema entre la lucha contra el cambio climático o el crecimiento económico fue desestimado en el último informe de la Comisión Mundial sobre el Economía y Clima (integrada por ex líderes de gobierno, hombres de negocios, finanzas y economía mundiales). “Better Growth, Better Climate” envió un mensaje directo a los gobernantes y al sector privado al señalar que las nuevas tecnologías ya están impulsando el crecimiento, creando empleos y estimulando el desarrollo económico.

Ahora y tras una semana que ciertamente cambio el escenario, con acuerdos significativos de la sociedad civil, el mundo espera de los líderes políticos –como han dicho no pocas editoriales- pasar de los gestos a los hechos.