Una demanda colectiva ciudadana que esgrime los derechos humanos en el tema climático logró ayer una sentencia sin precedentes, que podría ser emulada en otras partes del mundo. Aunque Holanda tenía un compromiso de reducir un 17% sus emisiones, la corte obligaría a recortar hasta un 25%. “Como país desarrollado Holanda debe tomar la iniciativa en esto”, dijeron los jueces.
Un tribunal del distrito de La Haya dictaminó ayer que el Estado debe tomar más medidas para reducir las emisiones de gases efecto invernadero en Holanda, garantizando que para 2020 éstas serán un 25% menos a las de 1990 y no el 17% a que se comprometían las políticas de Estado. Se trata de una sentencia sin precedentes en otros países del mundo y que tuvo su origen en una demanda colectiva que recurre a la legislación europea vigente sobre derechos humanos para exigir que se pongan mayores límites a la contaminación.
Según los jueces, el objetivo del 17% de reducción está por debajo de la norma del 25 al 40% considerada por los países desarrollados. Por otro lado, señalan que los costos de las medidas no son “inaceptablemente altos”. “Por lo tanto –sigue la sentencia-, el Estado no debe esconderse tras el argumento de que la solución al problema del cambio climático global no depende únicamente de los esfuerzos holandeses. Cualquier reducción de las emisiones contribuye a la prevención del cambio climático peligroso y como país desarrollado Holanda debe tomar la iniciativa en esto”.
El argumento de que el Estado tiene la obligación de proteger las condiciones de vida de sus ciudadanos ante la magnitud de la amenaza del cambio climático, que esgrimió la Fundación Urgenda fueron acogidos por los jueces. Surgida al alero del Instituto Holandés de Investigación para la Transición (hacia una sociedad sostenible) de la Universidad Erasmo de Rotterdam, la entidad desarrolla planes para prevenir el cambio climático y representó a 886 demandantes.
AVALANCHA DE DEMANDAS
“Es una victoria en toda regla. Algo a lo que siempre hemos aspirado y todo el mundo decía que nunca lograríamos”, dijo Marjan Minnesma, directora de la Urgenda, cuya traducción significa “agenda urgente”. En su interpretación, la sentencia abre las puertas a que ciudadanos de otros países puedan cuestionar a sus estados.
“Antes de esta sentencia, las únicas obligaciones legales de los estados eran los que acordaban entre sí en los tratados internacionales”, apuntó uno de los asesores legales de la fundación, en The Guardian. Pero tras este fallo, los activistas esperan que los gobiernos que se preparan para la Cumbre de París a fin de año sientan el llamado ciudadano y vayan más allá de compromisos –hasta ahora insuficientes- para acortar las emisiones de CO2. “Si no lo hacen, pueden esperar la presión en los tribunales de sus jurisdicciones”, señalan.
Aunque el Ejecutivo puede apelar, no está claro si lo hará. A nombre del gobierno, habló la ministra de Medio Ambiente, Wilma Mansfeld: “Nosotros y Urgenda compartimos el mismo objetivo… simplemente hemos tenido diferentes opiniones respecto a la forma de alcanzar estos objetivos”, acotó.
Si bien el fallo admite que el Estado reconoce la gravedad y el alcance de los efectos del cambio climático, dice que debe “hacer más para evitar el peligro inminente” a que está expuesta la ciudadanía. También aclara que “el tribunal no ha entrado en el dominio de la política”, pero que éste debe entregar protección legal aún en casos contra el gobierno y donde la población es quien sufre las consecuencias de la inacción oficial.
La demanda señala que el aumento de la temperatura más de 2°C constituye una vulneración de los derechos humanos. Y claro, con casi la cuarta parte del territorio holandés bajo el nivel del mar, el aumento de su nivel debido al incremento de las temperaturas sería devastador. El país está ubicado en la costa del Mar del Norte y “protegido” de él por polders, estructuras creadas por los holandeses para ganar terreno a las aguas.
“Hay momentos en la historia en que sólo los tribunales pueden abordar problemas abrumadores. El cambio climático es nuestro problema abrumador y este tribunal se ha ocupado de ello”, escribió The Guardian citando al grupo de legislación ambiental ClientEarth. La entidad cree que el fallo debería sentar precedentes y alertar a los tribunal del todo el mundo al respecto.
Por lo pronto, en Bélgica el grupo klimaat Zaak, mira con esperanzas lo ocurrido en Holanda, ya que en abril pasado presentó una demanda similar, que suscriben más de 9 mil belgas. En su sitio web señalan: “a nivel mundial, los civiles se enfrentan cada día con el fracaso de la política climática en su propio país. La creencia de que este debate urgente, sin duda, debe llevarse a cabo en el tribunal, se confirmó en La Haya”. Esperan que esta sea la primera piedra de una verdadera avalancha e informan que en Noruega ya se anunció esta semana una iniciativa que va en la misma dirección.
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