El desafío de ser “verde”

Ecológico, con conciencia medioambiental o verde. Serlo no es tan fácil en un mundo que promueve el consumo desenfrenado y el “compra y tira”. Pero se puede, al menos partir por lo más simple: darse cuenta de las conductas erróneas. Aquí una pequeña guía.

C. G. M.

¿Cómo tener una vida más verde?

A pesar de la abundante información de que disponemos sobre el calentamiento global y sus efectos para la vida en todo el planeta, de la urgente necesidad del ahorro energético, de las fuentes contaminantes que alteran el entorno, matan flora, fauna y nos envenenan, de que el consumismo está agotando los recursos, no es tan fácil ir por la vida ecológicamente.

A nivel público, sí. Y a estas alturas, no hacerlo es una negligencia imperdonable para cualquiera medianamente informado y consciente.

Podemos oponernos a termoeléctricas a carbón y exigir a nuestros gobernantes optar por energías limpias; que para hacer una central hidroeléctrica no se destruyan glaciares; que exista una normativa inteligente y que resguarde los recursos naturales (PATRIMONIO DE TODOS) para aprobar proyectos con impacto ambiental; que las industrias contaminantes –so pena de ser severamente sancionadas, ¡pero en serio!- se hagan responsables de sus desechos. En fin, que las autoridades hagan la pega.

Pero ¿qué podemos hacer a nivel privado, en la vida diaria?

Sí. Lo primero, ya lo sabemos todos: el futuro anda en bicicleta, no en cuatro ruedas. En Santiago, como buena parte del mundo ambicioso por llegar al desarrollo, el excesivo parque vehicular no sólo contamina si no que hace in-vi-vi-ble la ciudad. Y quejarse del taco, ya no. ¿El Transantiago funcionará alguna vez decentemente?… O sea, no queda más que comprarse el casco, en invierno abrigarse y en verano aguantarse el sudor… ¡Mmm! No, eso no es fácil… ¡para los que te rodean tampoco!!! (En todos los trabajos deberían poner duchas rápidas).

Pero si aún no puedes bajarte del auto, al menos, trata de compartirlo  y maneja sin acelerar (ahorra algo de combustible).

El agua es un recurso escaso y hay que cuidarlo. Lo más obvio es tomar duchas más cortas, si no se puede sólo con fuerza de voluntad usa un cronómetro en baño y respeta los tiempos. Una ducha de 5 minutos son 100 litros de agua, y si las tomas con reductor de caudal, 50 litros. Y, por favor, cierra la llave cuando te lavas los dientes. Repara las llaves que gotean. Una llave goteando son 30 litros al día, casi 8.000 litros año.

Sin energía no hay desarrollo posible, dicen los que quieren llenar de termoeléctricas e hidroeléctricas, porque aumentará la demanda. Entonces, no abuses, no es necesario tener un par de teléfonos, tablets de varios tipos, además de computadores y juegos electrónicos; contrólate. Se puede vivir con menos y ahorras una enorme cantidad de chatarra electrónica que supone una gran de cantidad de basura (de la que el mundo ya está hasta el cuello). Y cuando des de baja algún equipo, al menos asume el trabajo de llevarlo a los depósitos de reciclaje. Por supuesto, cambia las ampolletas antiguas por las de ahorro energético y desenchufa todo cuando no lo estés usando (tv, radio, computador y otros, suponen lo que se conoce como consumo vampiro). Obviamente cuando requieras, elige los electrodomésticos de la letra A (ahorran energía).

A propósito de basura, el reciclaje es sí o sí. No puede ser que haya personas que aún botan los diarios a la basura. Cartones, papeles, envases de plástico y otros son reciclables y es deber hacerlo. Todos los envases traen en su etiquetado las flechas del reciclaje cuando lo son. Claro está, hay que preferir los productos verdes con las 3R, Reduce, Re-use, Recicle. Los envases plásticos, es necesario lavarlos, lo mismo que los de tetrapack. Y si por tu comuna no pasa el camión del reciclaje, hay muchas comunas que tienen sus puntos verdes, se pueden llevar allí.

Con la otra basura, si tienes la opción, se puede hacer compostaje. Todos los restos de verduras y frutas se pueden dejar allí y sirven de abono en los huertos que, son los más in que hay. Además, te aseguras de no comer químicos y pesticidas que están a la orden día en la agricultura de gran escala. Por ello, más que moda, es una gran opción para comer sano. De paso, evitas comprar alimentos de más, que no sólo terminan en la basura –problema mundial en actualidad, donde se da la paradoja que se pierden toneladas de comida cuando hay millones que aún pasan hambre-.

El plástico. Gran tema. Anualmente se producen unos 254 millones de toneladas de plástico. Buena parte, unos 10 millones de toneladas, termina contaminando el mar. Hay una isla que flota en el Océano Pacífico y contamina el plancton, los peces y luego a los que ingerimos pescados. Este derivado del petróleo tarde en degradarse entre 150 y 1000 años, dependiendo del tipo de plástico… mejor no usarlo. Desde ya, compra bolsas de género o de material reciclable, rechaza las que entrega el supermercado y siempre lleva contigo una, para cualquier tienda. Deja de comprar agua embotellada, además de ser un negocio poco claro pues la mayoría del agua es potable no de limpios manantiales, su consumo deja una estela de botellas plásticas. Y boicotea los líquidos en envases desechables, es casi pecado mortal para cualquiera que se precie de ser “verde”.

Sabías que hay plásticos que traen bisfenol (BPA) e iftalátos, vinculados a distintos tipos de cáncer y disruptores endocrinos nocivos y que pueden alterar  el desarrollo normal del feto, por ejemplo. Basta comer en recipientes plásticos para estar expuestos. También es positivo evitar las latas, sobretodo las de aluminio revestidas de poliepóxidos…

Si eres adicto al café, lleva siempre tu tazón. Está bien, puede verse un poco raro, pero cada vez seremos más. Lo mismo la botella para beber agua de la llave y rellenar, puede ser de acero inoxidable. No a los cubiertos, platos, vasos y pajillas plásticas.

Y el consumo por el consumo. Es decir, ¿es necesario ir una vez a la semana al mall? Que la oferta, las liquidaciones, el viernes no sé qué… Nadie necesita todo lo que compra. Personalmente decidí como un gesto político no pisar nunca el Costanera Center, así se llama el edificio con complejo de falo en medio de Providencia, ¿no? Mientras más se compra, más se produce, más recursos naturales se derrochan.

Algo más, intenta comprar en las ferias, almacenes de barrio y mejor si es en ferias orgánicas. Así favoreces el comercio a pequeña escala y la agricultura orgánica y no a las grandes cadenas que suelen coludirse contra el consumidor, no les des más poder; además allí tenderás a comprar (y a ingerir), productos altamente procesados, esto es con conservantes, colorantes y químicos negativos para la salud, exceso de sal y azúcar. En las ferias puedes comprar comida: nutrientes frescos y no calorías vacías.