Fue una reunión con delegados del mundo en EE.UU. para debatir sobre el estado de los mares y la urgencia de regulaciones que detengan su rápido deterioro, y la cita culminó con la intención de crear una nueva entidad en ONU. Entre tanto, hechos: 30% de las reservas agotadas, 500 zonas muertas, más de 20% de manglares y arrecifes de coral destruidos. Colombia anunció el fin del comercio de tiburones.
La creación de una Organización Mundial de los Océanos es la idea fuerza con que cerró una reunión de dos días en San Francisco, EE.UU., en que delegados del mundo discutieron sobre el futuro del mar y en la que se enfatizó sobre la rápida degradación y la fuerte presión por explotar sus recursos.
Organizada por The Economist y National Geographic, la Cumbre de los Océanos partió el martes con el anuncio del secretario de estado norteamericano John Kerry de que el presidente Barack Obama apoya la creación de una entidad internacional en el seno de la ONU y cerró al día siguiente con el apoyo mayoritario a la iniciativa, que tendría la misión de regular, vigilar y proteger.
«Por supuesto necesitamos un marco global de algún tipo en el cual los pueblos se unan y acuerden cooperar. Pero no sólo necesitamos las normas, necesitamos el proceso regulador para hacer que se cumplan», dijo Kerry.
En la cita, a la que asistieron delegados de gobierno, organismos internacionales, investigadores y otras entidades, se revisaron algunos datos para graficar parte de los problemas: el 30% de las reservas pesqueras están sobreexplotadas o agotadas; la contaminación ha matado la vida marina en unas 500 regiones de los océanos, con una extensión de más de 245.000 kilómetros cuadrados; el hombre ha destruido más del 20% de los manglares, 30% de lechos de algas marinas y 20% de arrecifes de coral.
En la contraparte, casi mil millones de personas dependen a diario de la pesca, con 350 millones de empleos ligados al mar. Las pesquerías en todo el mundo generan unos USD 500.000 millones de dólares al año, de los cuales USD 115.000 millones son ventas en EE.UU.
COLOMBIA FIN AL COMERCIO DE TIBURONES
El mensaje que el presidente colombiano Juan Manuel Santos envío a los reunidos en centro turístico de Half Moon Bay, cercano a San Francisco, incluyó un anuncio concreto: su país trabajará para poner punto final al comercio de tiburones; importación y exportación de aletas.
La especie está en peligro por los elevados niveles de captura para consumir la popular sopa de aleta entre los asiáticos. Brunei fue el primer país de esa zona en determinar prohibición absoluta de captura, y mientras China sacó ese plato de sus menúes oficiales, la Unión Europea prohibió en 2013 el finning (cortar las aletas y lanzar el tiburón muchas veces aún vivo por la borda).
La medida colombiana fue aplaudida por los ecologistas. «El presidente entiende que la humanidad necesita océanos saludables y los océanos saludables necesitan tiburones«, señalaron desde el proyecto de conservación de tiburones de Pew.
Es paradojal que mientras existe consenso en torno a la importancia para los ecosistemas marinos del escualo, países como Australia levanten iniciativas para sacrificarlos.
Entre los asistentes, la encargada de cambio climático del Banco Mundial insistió en el papel de los océanos para la economía y la subsistencia de los más pobres: «la salud de los océanos es esencial para terminar la pobreza extrema del mundo”, dijo.
En el discurso de clausura, el presidente portugués Cavaco Silva coincidió en el mismo tema y en la urgencia con cual debe actuar la comunidad internacional para su protección, apoyando la creación de una entidad reguladora.
Desde el Departamento de Estado norteamericano se anunció para este año una nueva conferencia internacional en Washington para avanzar en la agenda de protección oceánica.
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