Con desechos se construye escuela de música sustentable en Rapa Nui

En un mes voluntarios locales y extranjeros, comandados por el ‘arquitecto de la basura’ Michael Reynolds, levantaron con materiales reciclables como latas, botellas y neumáticos, una parte del recinto que albergará la escuela fundada por la pianista Mahani Teave para los niños isleños.

Con neumáticos rellenos de tierra, que operan como soporte estructural y aislante térmico; con botellas de vidrio, plástico y latas, que hacen las veces de ladrillos y dejan pasar la luz, con cartón y otros desechos, se construyen en Rapa Nui los sueños de niños músicos y las primeras salas de la que ya es la primera escuela de música autosustentable de América Latina.

Hace unos días se inauguró la primera parte de este proyecto liderado por Mahani Teave, la pianista pascuense que fue apadrinada cuando era una niña por el destacado concertista Roberto Bravo, y que hoy quiere dar a los niños de su isla lo que ella no tuvo: la posibilidad de aprender cello, violín, ukekele o piano, sin tener que abandonar su tierra.

La construcción se inició el 17 de noviembre y en un mes se levantaron las primeras salas que ya permitirán a los más de 70 niños tomar las clases de música, danza e idioma rapanui que desde hace dos años, cuando Mahani fundó la escuela a través de la ONG Tokirapanui, tomaban en los jardines de las casas de su maestros, en una sala que les prestaba la parroquia o la escuela.

GUERRERO DE LA BASURA

La idea de construir una sede propia empezó a tomar forma cuando la pianista y su pareja, el constructor Enrique Icka, contactaron a Michael Reynolds, un rebelde arquitecto estadounidense, hoy afincado en Nuevo México, que desde comienzos de los ’70 ha construido con “desechos” y que es conocido mundialmente como “Garbage warrior” –guerrero de la basura-, desde que un documental homónimo mostró al mundo su visión:

«Fui a la escuela de Arquitectura de Cincinnati, tomé todos los cursos, obtuve mi diploma. En ese momento me di cuenta que la Arquitectura de entonces no servía para nada. No tenía nada que ver con el planeta, ni con las personas y lo que necesitan. Me encanta dibujar y construir, pero la profesión no está enfrentando los temas que se nos presentan. (…) Se nos está acabando el petróleo, el agua, estamos en medio del calentamiento global, la población se está expandiendo. Necesitamos hacer algo ya mismo, mañana en la mañana».

Eso es lo que desde su organización Earthships Biotecture quiere promover a nivel global: edificaciones “radicalmente sostenibles”, en base al reciclaje y la autosuficiencia. Las “naves terrenas”, como llama a sus construcciones, son levantadas por equipos integrados por voluntarios de todo el mundo que se costean el pasaje y la capacitación. Así ha dejado su huella en lugares tan disímiles como Malawi, Sierra Leona, Filipinas o Ushuaia (Argentina).

De la misma forma trabajó Reynolds en Rapa Nui. Fueron casi 80 voluntarios, de 15 países, además de 30 voluntarios locales, quienes aprendieron de construcción sustentable en terreno y guiados por él. El edificio fue concebido como una flor de ocho pétalos, de los cuales en un mes se construyeron cuatro. La segunda etapa, planificada para realizarse entre el 2 de enero y 2 de abril, será realizada por los isleños ya instruidos, que podrán compartir ese conocimiento para ser usado en otros proyectos en la isla.

Las toneladas de basura que a diario se generan en la isla, gran parte producto del turismo, hoy son un problema. Tienen un vertedero que planean algún día convertir en un eco-parque. Y también una planta donde se separan los desechos reciclables como cartón, vidrio, latas, que deberían volver al continente, pero que se acumulan sin cesar en la galpón. De allí se tomó –y se tomará- el material para construir.

La flamante Escuela de Música y Artes, cuya entrega final sería en septiembre de 2015, cuenta  con tanque para almacenamiento de aguas lluvias, tratará sus aguas servidas a través de plantas y funcionará con paneles solares que entregarán la electricidad necesaria para la iluminación y funcionamiento de las bombas para hacer circular el agua en el recinto.

“Quiero agradecer a todos aquellos que creen que la música es fundamental para lograr sociedades mejores, con niños con todo su potencial expresivo desplegado”, señaló la pianista Mahani Teave durante la inauguración parcial de la escuela, que cuenta con el apoyo de la municipalidad local, de Entel y Desafío Levantemos Chile,  y llamó a no olvidar que queda aún la mitad de este sueño por construir.