El zoológico de Copenhague no teme polémicas. Luego de haber dado muerte de un tiro a una jirafa y luego descuartizarla en público para entregarla como alimento en febrero pasado, ahora sacrifica a cuatro felinos, dos de ellos cachorros de 10 meses. ¿La razón?: Evitar la endogamia y preservar buen linaje…
El zoológico de Copenhague que estuvo en medio de severos cuestionamientos en febrero por haber sacrificado de un tiro y diseccionado a una jirafa macho de 18 meses, frente a los visitantes del parque, hoy repitió su acto. No lo hizo “en el circo” público de hace un mes, pero informó del asesinato por inyección letal de cuatro leones; irónicamente los mismos que se alimentaron con la carne de la sacrificada jirafa Marius.
Las razones esgrimidas entonces, prevenir problema de consanguineidad y asegurarse buenos genes para la especie, no son muy distintos de los que argumenta ahora para validar el sacrificio de los leones: llega un nuevo león de tres años de otro zoológico danés para ser cruzado con dos hembras en edad reproductiva; con la muerte de los cuatro ejemplares, dos mayores y dos cachorros de menos de 10 meses, se previene la endogamia.
“Un nuevo león no puede ser aceptado, cuando el viejo aún es parte de la manada… y un nuevo macho matará a los machos sexualmente inmaduros… eso ha significado que el viejo león, de 16 años y una leona de 14, y dos leones jóvenes fueran eutanasiados”, señala el zoo en su página web.
El término, por cierto, está mal empleado en este caso… y también con la jirafa. La eutanasia se aplica cuando se trata de animales enfermos: la palabra viene del griego, significa dar buena muerte y está referido a una acción médica que trata de aliviar dolores de una enfermedad terminal. No es el caso. Los leones y la jirafa estaban perfectamente sanos, a esta última no se le inyectaron fármacos porque se quería usar su carne como alimento.
¿DÓNDE QUEDAN LOS DERECHOS ANIMALES?
El caso de la jirafa Marius causó conmoción entre los defensores de los animales, pues pese a la campaña mediática que se generó para evitar su muerte -con peticiones en línea incluso- y habiendo ofrecimientos de un parque holandés y otro inglés para hacerse cargo de ella, este zoo prefirió matarla y en un acto incomprensible, trocearla en presencia de niños.
Se señala que las reglas de la Asociación Europea de Zoos y de Acuarios (EAZA) no permiten que los animales se reproduzcan entre sí; y de la decisión del recinto danés habría que deducir que quienes se ofrecieron para recibir a Marius ya tenían esos genes. ¿Y si los tenían por qué querían acogerla?
Lo mismo dice el zoo ahora en el caso de los cachorros; que le buscaron lugar y no encontraron. ¿Cómo creerles?
Tras la muerte de la jirafa, el director del parque holandés que en vano ofertó un refugio señaló que se hacía necesario cambiar la forma de hacer negocio a estos recintos. Los adjetivos para referirse a los hechos abundaron y llegaron incluso a amenazas de muerte para el director y otros miembros del zoo danés.
Lo impactante es constatar que en instituciones cuya existencia está justificada por la presencia de los animales, los derechos de éstos no existen. Los zoológicos lucran con los animales, los sacan de su estado salvaje y los someten al cautiverio, como si fueran mercancía inerte. Se supone que deben -como mínimo- protección a las especies que tienen a su cuidado, pero se arrogan la potestad de perpetrar actos semejantes con total descaro. Y esto cuando instituciones conservacionistas se esfuerzan por crear conciencia respecto a los peligrosos que amenzan la fauna africana debido a la caza, el comercio ilegal y la pérdida de hábitat por causa del hombre. Hace apenas unos meses se alertaba del descenso de la población de jirafas, mientras las del león africano están en peligro y la especie en categoría de vulnerable.
«El zoo es conocido mundialmente por su trabajo con los leones y estoy orgulloso de que uno de ellos esté en el origen de un nuevo linaje», subrayó el director Steffen Strade. Otro de sus directivos ha señalado que no temen las reacciones pues ellos ‘dicen abierta y honestamente lo que hacemos’ y están preparados para ‘lo que nos digan’.
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