Nuevo estatuto jurídico recién aprobado ya no los considera “bienes muebles”, pero se trata de un paso muy modesto, según las organizaciones de defensa de los animales. En tanto, ya circula una petición al Papa Francisco para que condene las fiestas que maltratan animales, como las corridas de toros.
Parece una broma, pero no lo es. La Asamblea Nacional francesa aprobó ayer un texto que cambia el estatuto jurídico de los animales en el país y de ser considerados “bienes muebles” a partir de ahora se acepta que son “seres vivos dotados de sensibilidad”. Se trata de una modificación al Código Civil galo (datado en 1804 y herencia de Napoleón) y que armoniza con lo que implícitamente ya reconoce el Código Rural.
Aunque parezca una obviedad, el cambio se gestó a partir de la demanda creciente de la población y de una petición lanzada hace un tiempo por una fundación de defensa de los animals: 30 millones de Amigos. Según un sondeo de la entidad, la modificación tiene el respaldo del 89% de los franceses, mientras un 86% consideraba “anormal” que los animales fueran tratados como bienes muebles; es decir, objetos.
Respaldada por una veintena de intelectuales de renombre como el Dalai Lama, el astrofísico Hubert Reeves y el filósofo y ex ministro Luc Ferry, la iniciativa que impulsó la ONG, comparado con lo que al final se aprobó, es insuficiente. La apuesta es que los animales obtengan un estatuto jurídico intermedio entre los bienes muebles y las personas. Esta postura, según dicen, ha sido firmada por más de 700 mil franceses y exigen un debate más amplio sobre la condición legal de los animales.
La Fundación Brigitte Bardot, ferviente defensora del mundo animal, tampoco se entusiasmó demasiado con este cambio. “En el Código Rural y la legislación europea, el animal ya se considera un ser sensible y esto no impide la alimentación forzada (gansos y patos), la industria intensiva de la carne, la masacre, la experimentación con animales o el cautiverio de especies… Damos la bienvenida al deseo de hacer compatibles ambos textos, pero no se equivoquen, es sólo una evolución jurídica lógica, de ninguna manera una revolución para los animales”.
El tema convoca en Francia. En febrero un sujeto de 24 años fue condenado a un año de cárcel por lanzar un gatito de cinco meses a una pared en repetidas ocasiones, grabar el hecho y subirlo a Internet. Entonces, la Sociedad Protectora de Animales recibió más de tres millones de llamadas denunciando el hecho.
NO A LAS CORRIDAS DE TOROS
Tanto la fundación de la otrora sex symbol del cine europeo, como la Alianza Antitaurina de Francia esperaban que, además, fueran aprobadas las enmiendas para prohibir las corridas de toros. Pero no ocurrió.
Aunque ilegales en la mayor parte del territorio francés, donde se les considera maltrato y están penadas con dos años de cárcel y multas de 30 mil euros, las corridas de toros siguen siendo permitidas en medio centenar de pueblos y ciudades sureñas, tras una sentencia del Consejo Constitucional francés publicada en 2012.
“Es un signo alentador, pero ahora debemos ir más allá -señala la Alianza Antitaurina-. En los últimos años ha habido un resurgimiento de los actos de crueldad y abuso grave de los animales. El animal se convirtió en un indicador del malestar de la sociedad y hoy hay una demanda real de un nuevo estatuto jurídico del animal”.
Paralelo a la demanda fundacional la ONG francesa, en la red circula una petición para que el Papa Francisco condene las fiestas que maltratan animales, en particular las corridas de toros. “Cada año se maltratan 60 mil animales en el transcurso de fiestas religiosas y patronales de España”, señala en parte la misiva escrita por una ciudadana española de Las Palmas de Gran Canaria.
La petición, que lleva 25 mil firmas de apoyo, señala como ejemplos las fiesta del ‘toro de la Vega en ‘honor’ a la virgen, Valladolid o las de Santiago Apóstol en Toledo. “En estos festejos se les tortura, a veces hasta la muerte, para diversión pública”, afirma y pide que “la Iglesia se pronuncie de manera clara y firme a favor de los derechos de todos los animales». Menciona el precedente del Papa Pío V y su bula «De salutis gregi Dominici» por la que excomulgaba a los gobernantes cristianos que consintiesen las corridas y a los católicos que participaran en ellas; que se desligue de festejos sanguinarios y recomiende a los fieles no participar en ellos y que no acepte donaciones que sean fruto de espectáculos sádicos, pues se realizan “corridas benéficas” a favor de congregaciones religiosas y de otros grupos de causas nobles como Caritas.
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