En la antesala de la cumbre de líderes que tendrá lugar mañana en Nueva York, en 162 países hubo manifestaciones, conminando a los jefes de estado a tomar medidas contra el calentamiento global. Aunque hay urgencias como el Ébola y el terrorismo, la amenaza climática merece un lugar destacado en la agenda, dijo el Secretario de Estado norteamericano.
Fueron miles. En Nueva York, donde tuvo lugar la marcha central, debido que allí se reúnen mañana los líderes del mundo convocados por ONU, se calcula que superaron las 300 mil personas. La cobertura mediática fue amplia, (revisa aquí la galería de fotos de El País o el video de The New York Times). Los convocantes, Peoples Climate Movilisation –aquí posteos y fotos-, informaron que hubo 2.700 eventos simultáneos en 162 países, haciendo un llamado a poner la amenaza ambiental en la cima de la agenda.
Las marchas se iniciaron en Melbourne, Australia, donde concurrieron 30 mil personas; en París otras 25 mil; en Londres 40 mil; Nueva Delhi 2.500; Estambul 3.000; Berlín 10 mil. En Nueva York, la marcha contó con la presencia de Ban Ki-moon, Secretario General de ONU; del alcalde de la ciudad, Bill de Blasio; el ex presidente Al Gore y el actor Leonardo Di Caprio, nombrado la semana pasada nuevo mensajero de ONU contra el Cambio Climático y quien estará en la apertura de la cumbre mañana.
El Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en declaraciones a cancilleres de las 20 economías más grandes, respaldó a los manifestantes, señalando que aunque se están enfrentado a nivel mundial cuestiones tan serias como el terrorismo del Estado Islámico o la crisis del Ébola, “la grave amenaza que el cambio climático plantea, garantiza un lugar destacado en la lista (de la agenda)”.
La cumbre de mañana es la primera en cinco años para avanzar en miras al acuerdo que debe suscribirse en París 2015 para reducir el calentamiento global; aunque hay otra antesala programada para diciembre próximo en Lima, Perú. Un nuevo tratado debe reemplazar el expirado Protocolo de Kioto (en 2012), el único que era legalmente vinculante entre naciones y que durante su vigencia tuvo escaso respaldo internacional; EE.UU. nunca lo firmó y luego fue desestimado por Canadá y Rusia.
EMITIR SOLO LO QUE LA TIERRA PUEDE ABSORBER
Hace una semana, Christiana Figueres (secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), el Nobel de Química Mario Molina y el investigador y ex jefe científico de PNUMA, Joseph Alcaíno, en un artículo conjunto escrito para el diario El País, señalaban bien claro: “hacen falta medidas urgentes y osadas para frenar las emisiones de gases efecto invernadero antes del 2020… e implementar políticas que garanticen un desarrollo económicamente sostenible”.
Afirmaban que reducir o mantener las emisiones cerca del crecimiento cero es la única forma de proteger a los más vulnerables “de fenómenos que, como las olas de calor, las malas cosechas, las inundaciones o las sequías, se están intensificando”. De manera tajante sostuvieron: “Seamos claros: la neutralidad climática no es un nirvana ni un universo paralelo; es reducir drásticamente las emisiones, de manera que sólo emitamos lo que la Tierra es capaz de absorber”.
De momento y de acuerdo al último reporte anual de Global Carbon Proyect, las emisiones de dióxido de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento aumentaron un 2.3% en 2013, a 36 gigatoneladas de C02 a la atmósfera. Fueron las más altas en la historia humana; 61% más altas que en 1990, año que toma de referencia el Protocolo de Kioto y para 2014 se espera un alza de 2.5% adicional.
En 2013, los sumideros oceánicos absorbieron un 27% del carbono, la tierra un 23%, dejando el restante 50% a la atmósfera. Los mayores países contaminantes son China, 28%; EE.UU.,14%; Unión Europea (28 estados), 10%; e India, 7%.
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